Cómo averiguar si tu compañero de trabajo es un 'trepa' manipulador

  • Están en todas las oficinas y su objetivo es alcanzar un ascenso utilizando todas sus armas para manipular a los demás 
Los trepas se esconden en todas partes / Pexels
Los trepas se esconden en todas partes / Pexels

Una vez coincidí con un tipo que ni siquiera era periodista, pero que era jefe de sección en un pequeño medio. Más allá del debate sobre las injerencias laborales -existen magníficos periodistas que jamás han pisado una facultad de Ciencias de la Información-, lo que realmente me llamaba la atención es que solía obviar todas las reglas deontológicas del gremio: su estrategia consistía en convertir cualquier hecho aislado en un ataque sistemático e ideologizado conforme a sus intereses; daba igual que los datos que utilizara casi siempre fueran sesgados o que a duras penas se sostuvieran sobre un alambre. Lo peor era que su experiencia como editor se limitaba a corregir datos, frases o párrafos que no encajaban con el mensaje político que él quería imprimir a una noticia.

Nunca terminé de entender por qué un medio que no trataba la política debía posicionarse tan ferozmente ante hechos políticos, ni por qué esa persona me exigía falsear datos. Una vez me llegó a pedir que utilizase los datos económicos y de creación de empleo de la candidatura de Oporto para ser sede de la Agencia Europea del Medicamento, para hablar de lo que Barcelona perdería en caso de que su candidatura para el mismo fin no prosperase. Más tarde, lo entendí, gracias en gran parte a las explicaciones de los más veteranos: el tipo había ascendido en poco más de un año en la empresa a base de generar tráfico aprovechando la ola informativa del 1-O; aún peor, se quejaban de que lo había hecho a espaldas de sus compañeros, utilizándoles puntualmente para su propio beneficio y actuando de cuando en cuando en su contra de cara a sus superiores.

Cómo identificar a un manipulador

Este tipo de compañeros manipuladores suelen actuar así: su carácter pasivo-agresivo les convierte en personas que parecen pasar desapercibidas en un entorno laboral, pero que calculan todos y cada uno de sus movimientos para progresar, haciendo que los demás se queden atrás sin saber muy bien por qué, tal y como argumenta Marcel Schwantes, fundador del programa de coaching Liderazgo desde el núcleo, en este artículo de Inc. De hecho, uno de los principales signos que les identifica es su capacidad para rehuir del trabajo y encargárselo a los demás, haciendo que parezca no sólo que es una gran idea, sino que te está haciendo un favor.

Los trepas no son siempre fáciles de distinguir / Pexels
Los trepas no son siempre fáciles de distinguir / Pexels

En una ocasión, recuerdo que me facilitó un contacto para hacerle una entrevista, porque él tenía que asistir a un evento. Como yo llevaba apenas unas semanas en la redacción -aunque llevara más de siete años haciendo entrevistas-, me lo vendió como una gran oportunidad. “Mejor hacer una entrevista que falsear datos”, recuerdo que pensé. Así que acepté: llamé a esa persona, hice la entrevista, la transcribí y redacté la noticia. A última hora de la tarde, mi jefe me escribió por privado pidiéndome que firmara la pieza a su nombre.

No era la entrevista más sublime que había realizado en mi vida, así que cambié la firma. Eso sí, mi contestación debió ser tan poco asertiva que jamás volvió a pedirme algo así. Mis compañeros me explicaron más tarde que era una práctica común con los nuevos, que con ellos -la mayoría llevaba en la empresa más tiempo que él- no se atrevía a hacer semejante chapuza. El caso es que, incluso siendo jefe de sección, el tipo utilizaba las mismas técnicas que como empleado raso para escurrir el bulto y escaquearse, uno de los primeros síntomas de que te encuentras ante un manipulador nato.

Cómo tratar con un manipulador

Siguiendo con el ejemplo anterior, este tipo de manipuladores utiliza lo que dice -en este caso a un empleado de rango inferior, vendiéndole hacer una entrevista como una gran oportunidad- y lo que no dice -utilizando un canal privado para que la orden de firmar una noticia que jamás ha escrito no llegue a sus superiores- para conseguir sus objetivos. De hecho, si percibe algún tipo de amenaza para su estatus actual, no dudará en calumniar y despreciar el trabajo de cualquiera, por mucho que pueda suponer un gran activo para la empresa.

En este sentido, ante este tipo de personas tóxicas no conviene asumir ningún tipo de responsabilidad solidaria por sus actos, según Schwantes. Es decir, que aunque la camaradería debería ser el estado natural del un equipo, si alguien actúa por libre y trata de frustrar cualquier progreso profesional de los demás actuando a sus espaldas o escurriendo el bulto, lo primero que se debe hacer es tratar de discutir la situación con él, antes de acudir a tus superiores. Si se trata de un comportamiento que perciben más miembros del equipo, también es buena idea tratar de hacer una reunión sólo con el equipo para hacerle saber que su conducta está mermando la cohesión. Sólo si todo lo demás falla, es conveniente hablar con tu superior. Al menos, si finalmente esa persona progresa, serás consciente de lo que se valora en la empresa. Y, si tienes un mínimo de escrúpulos, empezarás a buscar otro trabajo.

Mostrar comentarios