Balenciaga debutó en moda masculina apelando a los códigos del fundador

En un siglo de existencia, Balenciaga jamás había presentado moda masculina en las pasarelas. Este miércoles lo hizo con un desfile que apeló a sus códigos de alta costura y a los asombrosos cortes del fundador vasco.

La colección del georgiano Demna Gvasalia -que además debutó con la marca tras la salida de Alexander Wang- es de principio a fin un homenaje al estilo de Cristóbal Balenciaga (1895-1972).

Casi un siglo después de la fundación de la casa de modas por el modista nacido en Guetaria, hijo de un pescador y una costurera, el hombre Balenciaga imaginado por Gvasalia se abre camino con trajes de amplitud sobredimensionada o, en el extremo opuesto, de enjuta estrechez.

El desfile era el acontecimiento más esperado de la Semana de la Moda Masculina, y se presentó en los salones de un exclusivo colegio de jesuitas en el oeste de París.

Los cortes son clásicos y se llevan con pantalones con pinzas, también muy amplios. Los colores son unidos o con motivos príncipe de Gales. De calzado, botas que suben casi hasta la rodilla y enormes tacones.

Incluso la chaqueta "bomber" de aviador es sometida a transformaciones de corte y forma a nivel de hombros y mangas que la convierten en una inconfundible prenda Balenciaga.

"Cristóbal Balenciaga era un maestro del corte y nuestros archivos conservan los primeros esbozos de ropa para hombres que el diseñador había dibujado, no sólo para sus clientes, sino también para él mismo", precisa la marca. "Los cortes que hoy firma Demna Gvasalia son el equivalente masculino de nuestras líneas de alta costura".

Para esta colección primavera-verano 2017, sobretodos, chaquetas cortísimas y camisas de manga corta alternan con camisetas de malla pegadas al cuerpo.

Para la noche, apela a una inspiración litúrgica con trajes cuya seda proviene del mismo fabricante que abastece al Vaticano.

El hombre Balenciaga lleva alrededor del cuello una estola de seda con motivos damasco en dorados o un púrpura que recuerda el de los cardenales.

El resto de la jornada estuvo dedicada a marcas de creación reciente, como Facetasm, del japonés de 39 años Hiromichi Ochiai, ídolo de los jóvenes que en Tokio siguen sin complejos su moda de eléctricos coloridos y ocurrencias inesperadas.

"Vivo en Tokio donde no hay fronteras entre la alta costura y la moda de la calle", dijo el creador a la AFP tras el desfile. "Creo que puedo hacer creaciones diferentes de las de los europeos, porque puedo a la vez respetar las reglas y librarme de ellas".

La marca OAMC, que diseña en Francia y fabrica en Italia, imaginó en cambio una colección destinada a responder a las necesidades de aislamiento del hombre contemporáneo sediento de espacio y de reencuentro consigo mismo.

Los modelos no desfilaron, sino que se presentaron en una especie de invernadero tropical entre oscuras plantas exóticas, como si fuesen orquídeas o los personajes de un cuadro naíf del aduanero Rousseau.

Esa búsqueda de un regreso a la ingenuidad o a una pureza protegida se traduce en formas elementales y abundantes tonos rosados, pero hay también modelos en forma de capa más oscuros.

Los modelos por momentos rayan en una versión masculina de la moda "modesta" que causó revuelo en las pasarelas femeninas porque apela a códigos religiosos del cristianismo o el islam. En ese sentido, al menos cinco conjuntos del desfile de la marca francesa Lemaire incluyeron chilabas, la túnica tradicional árabe con capucha.

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