El alcalde-presidente de esta hermandad, Ramón Alonso-Manero, ha presentado esta talla, "que ha vuelto a casa" y que se ha podido recuperar tras ser donada por un cofrade, Domingo González, quien conservaba esta imagen en su domicilio después de haberla recibido "en secreto de confesión", hace años, de manos de otro cofrade, quien le pidió que la cuidará "y no la malvendiera".
Cuando el anterior y el actual presidente de la Cofradía recibieron un "paquete" de manos de Domingo González y lo abrieron no pudieron ocultar "su sorpresa", y un "escalofrío" les recorrió el cuerpo ya que pensaron que podía ser la escultura que apareció fotografiada en un libro de Filemón Arribas y de la que la última constancia que se tiene data de 1940, cuando se encontraba en la sede de esta hermandad.
Alonso-Mañero no sabe con certeza cómo desapareció esta pieza "boceto", que esta fechada entorno a 1800, aunque ha explicado que en los años 40 se vivió en España una "etapa convulsa" además de que las hermandades "estaban en declive" por lo que muchas imágenes salían de las cofradías "por devoción" e iban de domicilio en domicilio o se sacaban "para evitar ataques".
El profesor de la Escuela de Arte y Superior de Conservación Andrés Álvarez Vicente, encargado de la restauración de esta imagen, ha reconocido la "excepcionalidad" de este Cristo del Despojo sobre el que aún hay "muchas incógnitas" ya que no se tiene certeza de su autoría ya que se atribuye a Pedro León Sedano o a Claudio Cortijo.
La "excepcionalidad" de esta escultura radica en la precisión y detalles de la misma, "con ojos de cristal y una policromía hecha con mimo", una precisión que no era habitual en otras piezas que se usaban como bocetos, además de que se realizaban con otros materiales.
Para Álvarez Vicente, esta pieza podría ser de Cortijo, ya que debajo de la peana sobre la que se alza el Cristo aparece escrito este nombre, aunque el conservador del Museo Nacional de Escultura, José Ignacio Hernández, considera que es obra del imaginero Pedro León de Sedano ya que en el libro publicado por Filemón Arribas se recoge una foto de esta talla pero además el escritor se refiere a ella como "un boceto" por el que se pagó "a un escultor muy conocido en Valladolid" poco más de 100 reales.
Asimismo, el conservador ha argumentado que el hecho de firmar los trabajos es una "costumbre tardía" que los artistas comenzaron a hacer en el siglo XVIII, pero la firma no se ponía en la parte de abajo de la peana, por lo que José Ignacio Hernández "duda" de que la inscripción de 'Cortijo' sea una firma del autor.
Asimismo, Hernández ha destacado que aunque es una talla que sirvió de modelo "está pensada para ser una buena escultura" a lo que ha añadido que no es normal encontrar "en los bocetos un grado de acabado tan perfecto", aún así el conservador del Museo de Escultura ha destacado que sobre la autoría "todo son opiniones subjetivas".
No obstante, Andrés Alvárez Vicente ha objetado que cuando se realizó esta talla se estaba viviendo en España un cambio social y cultural con la creación de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, que en Valladolid se creó en 1783 y que era la encargada de marcar las pautas de los artistas, a lo que hay que añadir un documento en el que el propio Pedro León de Sedano "se chiva" de que en la capital vallisoletana no se iban a seguir dichas pautas.
Es en este momento cualdo Claudio Cortijo "se queda en medio" ya que es el último artista barroco y tiene que trabajar "en un momento en el que la Academia tenía mucho poder" por lo que la teoría de Álvarez Vicente es que León de Sedano medió para que Cortijo pudiera trabajar ya que sin su mediación "Cortijo no podría haber hecho esta imagen" de Cristo del Despojo.
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