MONEO SE LIBRA DE PAGAR DOS MILLONES DE EUROS A EXTERIORES POR PRESCRIPCIÓN DE LOS DEFECTOS EN LA OBRA DE LA EMBAJADA EN WASHINGTON

- La reclamación por “vicios ruinógenos” en la construcción prescribió en 2008. El arquitecto Rafael Moneo se librará de pagar al Ministerio de Asuntos Exteriores una indemnización de dos millones de euros por los defectos en la obra de la residencia de la embajada de España en Wasington por haber prescrito el período de reclamación, según ha dictado la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
Exteriores dictó una resolución el 24 de junio de 2013 por la que resolvía el expediente de responsabilidad contractual por la redacción del proyecto y dirección de la obra. Moneo recurrió esa resolución en julio de ese año y ahora se ha resuelto a su favor, al haber transcurrido los cinco años para la reclamación de vicios en la construcción en 2008, cinco años después de que detectaran los primeros defectos y tan sólo 12 meses tras la entrega de la obra, por la que el Estado pagó 8,4 millones de euros.
La residencia del embajador español en Washington se encuentra en tal estado de deterioro que el Ministerio de Asuntos Exteriores decidió que Rafael Moneo indemnizara al Estado con más de dos millones de euros, la cantidad que ha salido de las arcas públicas para la reparación de los desperfectos
Según Exteriores Moneo es responsable de “daños derivados de la redacción del proyecto de construcción, y la ejecución de los trabajos de dirección facultativa de la obra”. Señala una “deficiente dirección facultativa del arquitecto Rafael Moneo, que no vigiló que la ejecución se realizase conforme al proyecto”.
Rafael Moneo cobró 637.108,29 euros por el proyecto y la dirección de una obra que tuvo un presupuesto de 8,4 millones de euros. El expediente denuncia la elección de los materiales y las múltiples modificaciones sobre el proyecto original que considera negligente y que acabó motivando una demanda de la empresa constructora encargada de desarrollar el proyecto, John J. Doyle Builder, “por la repercusión económica derivada de las acciones, errores y omisiones cometidas por el arquitecto señor Moneo y sus colaboradores”.
La empresa recibió más de 700 bocetos del arquitecto con cambios sobre el diseño original y tuvo que realizar 350 solicitudes de información sobre dichas modificaciones al estudio de Moneo. En julio de 2002, la constructora presentó una reclamación al Estado español por valor de 3,8 millones de euros. Tras un proceso de arbitraje, el Estado tuvo que pagar 1.114.469 euros a la empresa por los costes generados en el deficiente proyecto y dirección a cargo de Moneo.
Las deficiencias se centran en tres aspectos: Las fachadas, las terrazas junto con los elementos exteriores, y el saneamiento del inmueble. Las obras se iniciaron el 24 de febrero de 1999. Pocos meses después la construcción en ladrillo español Triana se empezó a resquebrajar al no ser adecuado para soportar las inclemencias del tiempo en la capital estadounidense.
AGUAS RESIDUALES
Pero lo peor estaba aún por llegar, el 12 de octubre de 2008, durante la celebración de la fiesta nacional, se produjo una rotura en las tuberías procedentes de los cuartos de aseo de la residencia que provocó que la cocina se inundara con las aguas residuales de los sanitarios.
En el informe de daños de 2009 se señala: “Hubo un arqueamiento de la tubería en dos zonas lo que no permite a las aguas residuales drenar adecuadamente el tanque. Esto es el resultado de la colocación de tuberías de desagüe y no rellenarlas correctamente con tierra y grava”.
En el caso de las terrazas, se incumplió sustancialmente la normativa de construcción. Los materiales usados en el adoquinado no cumplían con las exigencias de las normativas de construcción en EEUU y se le considera “una de las causas de la degradación de las terrazas (…) y un agravante del colapso del sistema constructivo en su conjunto”, según los peritos de Exteriores.
La sentencia de la Audiencia Nacional señala que se mantuvieron “numerosas reuniones” con Moneo para tratar de solucionar estos defectos y que incluso, el arquitecto llegó a presentar un proyecto parcial de rehabilitación en 2009. Pese a estos intentos, dice Exteriores, “la residencia sigue en un estado de ruina funcional”.
La obra se entregó en abril de 2002 y los primeros defectos se detectaron un año después, en abril de 2003. No es hasta 2013 cuando el Ministerio de Exteriores resuelve el expediente sancionador, un lustro después de que terminara el plazo legal de reclamación de desperfectos en 2008, según explica el tribunal.
Por eso, el ministerio de Asuntos Exteriores se ha quedado sin la posibilidad de recuperar los más de dos millones de euros que ha tenido que invertir en la reparación de los desperfectos ruinosos detectados.

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