Dos estadios emblemáticos, bares decorados con camisetas dedicadas y escudos del Real Madrid y el Atlético: por las calles de la capital española, los dos grandes clubes que se enfrentan el sábado en la final de la Liga de Campeones son omnipresentes.
El estadio del Real Madrid, el Santiago Bernabéu, mastodonte con 81.000 localidades (el cuarto de Europa), sede de toda una institución que cuenta ya con diez Copas de Europa, se impone, masivo, en el norte de la ciudad.
El Bernabéu, creció en una de las mejores zonas de la capital, con residencias de alto nivel y sedes de grandes empresas instaladas en altas torres.
Con 1,2 millones de visitantes en 2015, el museo del estadio es el tercero más visitado de Madrid, por detrás del de arte contemporáneo Reina Sofía (2,6 millones) y el museo del Prado (2,5 millones).
"Cada vez que entro voy con la misma ilusión que de chico. Pensar que jugaron tantos buenos jugadores...", dice Antonio Armero, de 52 años, miembro de la peña del Real Madrid "La Gran Familia".
"El Bernabéu es un teatro. La gente aplaude o silba", critica en cambio, Leo Rodríguez, un aficionado del Atlético de Madrid, de 50 años de edad.
El estadio Vicente Calderón del 'Atleti', con capacidad para 54.900 espectadores, está en el barrio popular de Arganzuela, más al sur, rodeado de edificios de apartamentos de ladrillo rojo, junto al río Manzanares.
El ambiente ahí es más colorido, aseguran los "Colchoneros" como Leo Rodríguez: "El Calderón es lo más parecido a un equipo de Argentina. En el Calderón se canta, se grita, se vive".
"He ido al Calderón y he podido comprobar lo 'antimadridistas' que son. Casi les importa más lo que hace el Madrid", responde Antonio Armero.
Pero el Atlético es cada vez menos un club modesto: tiene su centro de entrenamiento en Majadahonda, localidad acomodada en las afueras de Madrid, y tiene previsto cambiar el Calderón por el futuro estadio de La Peineta, lejos del centro de la capital y que debería estar operativo a partir de la temporada 2017-2018.
"Es una pena. La mayoría de los socios, si nos hubieran consultado, no lo habrían cambiado", se lamenta Gerardo Aranda, de 75 años, socio del club desde 1964 y que también conoció el Metropolitano, el antiguo estadio del Atlético, demolido en los años 1960.
En Madrid, cada equipo tiene sus peñas, donde se organizan desplazamientos y eventos.
"La Gran Familia" es una de las más importantes del Real Madrid con más de 1.000 miembros. Esta temporada se reúne en un bar con inmensas pantallas de televisión, a unos centenares de metros del Bernabéu.
"Antes estábamos en un pequeño bar típico. Teníamos nuestra sala en la segunda planta, con camisetas, fotos de los presidentes del Madrid...", relata Armero.
En la ciudad, colgando de ventanas o balcones, banderas del Atlético, y menos del Real Madrid, muestran que cada uno elige bando.
Si el Real Madrid gana su undécima Copa de Europa el sábado, sus aficionados invadirán la céntrica plaza de Cibeles y su emblemática fuente, dedicada a esa diosa, en torno a la cual los aficionados merengues festejan los triunfos.
En el pasado, los 'Colchoneros' también celebraban ahí sus hazañas, pero ahora lo hacen 300 metros más al sur, en la fuente de Neptuno, considerando que Cibeles ha sido simbólicamente "manchada" por sus rivales.
En España, el fútbol es un asunto sensible. El gobierno regional muestra pues una estricta neutralidad, desplegando sobre la fachada de su sede en la Puerta del Sol, los escudos de ambos clubes.
En el barrio de Chueca, la iglesia de San Antón, también muestra los dos escudos, como para mostrar que Dios es de todos, y abrirá sus puertas para que los creyentes y los 'sin techos' tengan un lugar de reunión donde lanzar sus gritos de ánimo a sus equipos.
Y a aquellos madrileños que no quieran elegir entre los dos grandes rivales de la capital, queda la opción de decantarse por equipos como el Rayo Vallecano, descendido este año a Segunda División, al igual que el Getafe, club de una localidad cercana a Madrid, Alcorcón o Leganés.
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