Fundación BBVA reconstruye la música de Ruimonte que sonó en la corte de los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia

  • Una investigación profundiza en la figura del compositor del Siglo de Oro español Pedro Ruimonte en la corte de Bruselas
Fundación BBVA reconstruye la música de Ruimonte que sonó en la corte de los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia
Fundación BBVA reconstruye la música de Ruimonte que sonó en la corte de los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia
EUROPA PRESS
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La Fundación BBVA ha reconstruido la música del zaragozano Pedro Ruimonteque (1565-1627), maestro de cámara y de capilla en la corte de los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia, uno de los focos más vanguardistas de la cultura europea del siglo XVII, a través de un proyecto llevado a cabo por el musicólogo Albert Recasens, según indica la institución.

En 1598, Felipe II abrió un periodo de paz en los Países Bajos al otorgar autonomía a Flandes y ceder la soberanía de los Países Bajos españoles --cuya corte tiene sede en Bruselas-- a su hija Isabel Clara Eugenia, casada con el archiduque Alberto de Austria, nieto de Carlos I y sobrino de Felipe II. Los archiduques fueron mecenas de Jan Brueghel el Viejo o Pedro Pablo Rubens; y nombraron como maestro de cámara y de capilla a Pedro Ruimonte, al tiempo que acogieron a algunos de los mejores compositores e instrumentistas de toda Europa, como los ingleses Peter Philips y John Bull, los flamencos Pieter Cornet o Géry de Ghersem, o el italiano Girolamo Frescobaldi.

En este contexto, el musicólogo Albert Recasens, experto en la recuperación de música histórica y director de La Grande Chapelle, se ha dedicado el último año a indagar en fuentes originales (Amberes, París, Ratisbona o Londres) para reconstruir, por vez primera, la música que sonaba en la corte de los archiduques Alberto e Isabel, en la que destacó el maestro Ruimonte, que desarrolló su actividad en el Palacio de Coudenberg en los tres primeros lustros del siglo XVII.

El resultado de esta investigación, realizada en el marco del programa de Ayudas Fundación BBVA a Investigadores y Creadores Culturales 2016, se presentará en un concierto que tendrá lugar este viernes, 3 de febrero, a las 20.00 horas, en la iglesia de San Jerónimo El Real, en Madrid.

"La música en esa época se escribe en notación mensural blanca y en distintas partes, no en partituras, lo que exige una transcripción musical para convertirla en notación moderna. Es, en su mayor parte, música vocal sin indicación de instrumentos que eventualmente podrían acompañar. Eso nos obliga a estudiar -mediante iconografía, libros de contabilidad, correspondencia, tratados y otras fuentes- cómo eran las plantillas de músicos en la capilla o en la cámara y a deducir cuál era el tipo de acompañamiento en cada caso", explica Recasens.

"Las líneas vocales nos dan el esqueleto; la investigación histórica nos ayuda a vestirlo, proporcionando la sonoridad que pretendía el compositor", añade, al tiempo que usa el símil de la restauración de cuadros, que "devuelve al lienzo las tonalidades originales, oscurecidas por el paso del tiempo y los problemas de conservación; a veces surgen incluso figuras escondidas bajo una capa añadida. En música se busca también rescatar los timbres originales y recuperar el espíritu que le dio vida y para ello se cuenta con herramientas científicas".

El proyecto desarrollado por Recasens ha hecho aflorar algunos datos, ya que Pedro Ruimonte fue "un innovador que compone madrigales --piezas profanas que se interpretan a cappella y que tratan temas como el amor, la esperanza o el paso del tiempo--, un género que apenas se cultivaba en España. Explota todas las capacidades expresivas del texto. Toma una palabra o una frase especial y realiza una 'pintura musical', la describe utilizando todo tipo de técnicas. Como sus contemporáneos italianos, pone la música al servicio de la palabra".

"Este estilo expresivo contrasta con sus villancicos (una forma literario-musical en lengua castellana de carácter sacro, alejado de la acepción popular que hoy conocemos) que formaron parte igualmente de su colección Parnaso español (1614), en los que predomina un mayor interés por el desarrollo temático y rítmico", continúa el investigador, que destaca que su preocupación "por la práctica interpretativa ha sido constante a lo largo del estudio" pues existen pocas evidencias de cómo se ejecutaban los villancicos, por ejemplo, y más en Bruselas.

Por ello, adopta la práctica de la Capilla Real española donde se utilizaba cuerda pulsada y vihuelas de arco, y opta por un solo cantante por voz, algo que permite acentuar la comprensión del texto y, en el caso de las obras sacras a dos coros (Philips y Ruimonte), se refuerza uno de ellos con "ministriles" (corneta, sacabuches, bajón).

AUTOR "MODERNO Y VANGUARDISTA"

El concierto de presentación del proyecto (con música de Ruimonte, pero también de Philips, Cornet y Frescobaldi) reflejará estas novedades y la riqueza y los contrastes de la música que surgió en Bruselas. "El programa combina el intimismo del madrigal, en castellano, con la fuerza de los motetes en latín, interpretados a ocho voces por dos coros, que transmiten la solemnidad y el poder de la corte; y también ofrecemos, junto a los villancicos, música exclusivamente instrumental, que tuvo un enorme desarrollo en manos de los organistas al servicio de los archiduques", detalla Recasens.

La Fundación BBVA hace hincapié, mientras, en que el rigor en la recuperación de la sonoridad original se traduce en los instrumentos utilizados en el proyecto, que son copias de los existentes en el Renacimiento: flautas de pico, vihuelas de arco (renacentistas, no barrocas), dos laúdes (para completar la textura polifónica), cornetas, sacabuches (de los que derivan los actuales trombones) o el bajón, antecesor del fagot.

Además, gracias a la investigación llevada a cabo por Recasens, la figura de Ruimonte se sitúa en un contexto mucho más preciso donde "se descubre a un autor moderno y vanguardista, que asimila novedades del siglo XVII italiano, como el madrigal. Musicalmente está a la altura de Tomás Luis de Victoria y su producción es clave para entender la transición del Renacimiento al Barroco. Sus dos décadas en Amberes le confieren, además, una proyección internacional de la que gozaron pocos compositores españoles, como el propio Victoria, en Roma, o Cristóbal de Morales, en el Vaticano".

Por todo ello, el experto destaca la importancia de la investigación en música pues "el objetivo es dar a conocer al público la dimensión sonora de época de Brueghel y Rubens". "Como científicos tenemos el deber de la honradez; como artistas, el de dar vida al material sobre el que trabajamos. Ningún científico traicionaría el rigor en pro de la divulgación", apostilla.

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