Biarnés ha protagonizado un acto, en el Salón de Alcaldes del Consistorio de la capital riojana, en el que ha comenzado tomando la palabra la socia más joven de la AIG, Clara Larrea, quien ha explicado que la insigina reconoce "la labor imprescindible y discreta" del fotoperiodista.
"Es muy fuerte esto", reconocía una emocionada Biarnés antes de tomar la palabra de forma formal. Ha recordado cómo, a lo largo de su carrera, "luchaba por la portada, como poco la contraportada".
Fue la primera mujer que ejerció como fotoperiodista en España y contó con el respeto de sus compañeros, aunque hoy ha aventurado que pudo ser porque estaban esperando a ver cómo se estrellaba.
No lo hizo pero sí se "divorció" de la profesión después de que le dieran "de lleno" al rechazarle un reportaje sobre una persona que superaba un cáncer porque no vendía.
"Me entró un hielo", ha dicho hoy al recordarlo, "me hizo mucho daño" por mostrarle que había que "empezar a cobrar por cosas que no son verdad".
Sin embargo, volvió a ejercer al cabo de los años, aunque le cueste adaptarse al formato digital. Antes, ha dicho, "se pensaba la foto", sin embargo, hoy está "muy difícil" ejercer la profesión porque la calle está llena de gente con un teléfono móvil dispuesta a hacer una foto, y el medio no vo a esperar a que llegue el fotógrafo. "La velocidad es la que está mandando".
En este sentido, tras hacerle entrega del premio, Gamarra ha destacado "la gran importancia de la verdad" que, a su juicio, es lo que "tiene que perdurar" y el valor del trabajo del fotoperiodista.
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