Medio centenar de actores de primera línea participan de la fiesta internacional del cine corto promovida por la Coordinadora del Cortometrajes Española, que como adelantó CHANCE rendirá tributo este año al cineasta Javier Fesser y al festival Notofilmfest. Una celebración que coincide con el dulce momento que atraviesa la industria, que no para de cosechar éxitos fuera de nuestras fronteras. Ayer mismo eran preseleccionadas dos producciones nacionales para la próxima edición de los Oscar: TimeCode, la obra de Juanjo Giménez a la que precede la Palma de Oro en el último Festival de Cannes; y Graffiti, el drama apocalíptico dirigido por Lluís Quílez.
Sin embargo, el futuro para el cortometraje español se torna gris oscuro. Hace justo una semana, el nuevo Consejo de Ministros no desbloqueó las ayudas al cortometraje, justo donde la industria está recogiendo enormes reconocimientos. "La calidad de los cortometrajes que se hacen ahora mismo, más que la cantidad, sí que está llamando poderosamente la atención", decía Fesser en una entrevista reciente. "El problema, y ahí es donde hay que trabajar y donde se empeñan el Notodofilmfest y El día más corto (ED+C), es poner en valor a todos estos creadores para que ese talento se vea recompensado de alguna manera. Si no lo hacemos así, será imposible convertir esto en una industria saludable y capaz de producir cosas más interesantes* Rodar gratis es muy bonito, pero no tiene ningún sentido", decía el ganador de un Goya en 1995 por Aquel ritmillo.
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