Por qué Rusia tiene tanto interés en volver a ganar Eurovisión

  • “Para Rusia es algo muy serio, como los Juegos Olímpicos de la música" aseguraba en una entrevista Sergei Lazarev, el representante de Rusia en Eurovision 2016.

    La política blanda, esa que se construye mediante espectáculos deportivos o musicales, es la mejor baza del presidente Putin para presentar a Rusia como un alíado 

Por que Rusia tiene tanto interés en volver a ganar Eurovisión
Por que Rusia tiene tanto interés en volver a ganar Eurovisión

Un chico guapo, una canción pegadiza, una puesta en escena espectacular....Rusia quería llevarse el festival de la canción de Eurovisión pero no pudo ser. El juego de geopolítica, alianzas e imagen volvió a prevalecer frente la calidad musical de las canciones, y en esta edición, Europa intentó lavar su conciencia y su inacción ante la invasión rusa de Ucrania, hace ya dos años.

En Estocolmo, Rusia sufrió un traspiés porque ya se imaginaba organizando la próxima edición que le hubiera servido para promocionar el país en todo el mundo. Unos 200 millones de personas de 40 países sintonizan la gala cada año. Si en 2017 se hubiera celebrado el certamen en Moscú, hubiera coincidido con la Copa Confederaciones y se hubiera celebrado un años antes del Mundial de Fútbol 2018, por lo que Rusia estaría en el foco mediático mundial, no por su injerencia política si no por ser el anfitrión de grandes espectáculos mediáticos. 

Aunque, tradicionalmente, el país ganador celebra la siguiente edición en su capital, el certamen permite que el espectáculo tenga lugar en cualquier ciudad...y quizá los organizadores hubieran elegido la flamante ciudad de Sochi como escenario de su show.

Una de las ambiciones declaradas de Vladimir Putin en sus 16 años como presidente y primer ministro es volver a convertir a Rusia en una potencia mundial. Y, la política blanda, esa que se construye mediante espectáculos deportivos o musicales es su mejor baza para presentar al país como aliado y no como enemigo.

La meta este sábado era lograr su segundo triunfo en Eurovisión. Era una cuestión de orgullo. Hace ocho años Dima Bilan había logrado el triunfo en Belgrado con el tema "Believe". Pero, las tensiones geopolíticas convirtieron a las actuaciones posteriores en una venganza.

En 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea , la audiencia presente en el auditorio de Copenhague, donde se celebró el concurso, mostró su desaprobación cuando las hermanas Tolmachevy salieron a cantar y las abuchearon.

En 2015, sucedió lo mismo. La propuesta Rusia, como había ocurrido el año anterior, recibía abucheos y pitadas por parte del público por las políticas antihomosexuales de su Gobierno.

Moscú liberó Palmira 

Este año el panorama político era, a priori, favorable para Moscú. Silenciada la oposición y con el bajo perfil del conflicto ucraniano, Moscú es el país que ha liberado la histórica ciudad de Palmira del yugo islamista y, además, su actuación copaba los primeros puestos en las casas de apuestas.

No era algo fortuito. La actuación de Sergei Lazarev fue supervisado por grandes expertos musicales, los mejores de cada campo, incluidos dos compositores, el ruso Philip Kirkorov y el griego Dimitris Kontopoulos, que han escrito muchas canciones para Eurovisión los últimos años. Además,contrataron a un entrenador vocal, el chipriota Alex Panayi, que ha trabajado con numerosos cantantes vencedores de Eurovisión y han contratado a los mejores cantantes de fondo suecos. Básicamente había puesto todos los cimientos como para ganar este año. Pero, no pudo ser.

“Para Rusia es algo muy serio, como los Juegos Olímpicos de la música" aseguraba en una entrevista Sergei Lazarev, el representante de Rusia en Eurovision 2016.

Moscú esperaba un golpe de efecto con la victoria de su propuesta, buscaba un efecto político y cultural que no pudo ser, porque Europa no puede admitir que Rusia crea que lo pueda hacer mejor que la propia Europa, pese a no importarle el viejo continente.

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