A Borrajo le preocupa que no surjan nuevos cómicos políticamente incorrectos

  • Su retirada hace 4 años, dice, fue "la gran mentira", pues sólo lo hizo para cuidar a su anciano padre, y ahora, cumplido el deber filial, Moncho Borrajo regresa a los escenarios en su versión más íntima, en estado puro y "preocupado porque ya no surgen nuevos cómicos políticamente incorrectos".

Madrid, 7 jul.- Su retirada hace 4 años, dice, fue "la gran mentira", pues sólo lo hizo para cuidar a su anciano padre, y ahora, cumplido el deber filial, Moncho Borrajo regresa a los escenarios en su versión más íntima, en estado puro y "preocupado porque ya no surgen nuevos cómicos políticamente incorrectos".

"Así como valoro que haya entrado la mujer en el humor, con los monólogos y un punto de vista completamente distinto, creo que falta ese espectáculo que hizo en su época Pedro Ruiz o que hago yo: valiente, crítico, socialmente duro", afirma Borrajo en una entrevista con EFE.

Y es que, aunque haya cantera, corren malos tiempos para el humor rebelde porque "lo que no hay es medio de expresión", empezando por la desaparición de las salas de fiesta, lugares míticos de la noche como Windsor o Cleofás en los que "despegaban" los nuevos valores de la carcajada, o esos programas de televisión de "variedades" en los que "salían cómicos buenos o malos", como el de José Luis Moreno.

"Hoy tienes que hacer humor para las cadenas de televisión, pero te marcan tanto el concepto político...", lamenta Borrajo, para quien "el artista tiene que ser independiente vote lo que vote".

Recuerda, así, cómo hace poco regañó a un señor que le dijo que "no iba a ver a Javier Bardem porque era un rojo" y le recordó que sí le gustaba Marlon Brando sin conocer su ideología política.

"Este país es de conmigo o contra mí, del Barça o del Madrid, del PSOE o del PP, de la Pantoja o de Rocío Jurado", ironiza.

Borrajo rememora con nostalgia la edad dorada del humor patrio, cuando era posible elegir entre "el humor absurdo de Tip y Coll, el político de Gila, el maravilloso e ingenuo de Tony Leblanc", además de Martes y Trece, Los Morancos, Mari Carmen y sus muñecos, Paco Gandía, Arévalo "y un servidor". "Era una gama espléndida y ahora es monólogo y nada más", reflexiona.

Para su retorno a los escenarios, en este caso al del madrileño Teatro Amaya, Borrajo ha elegido la introspección, "la vuelta al comienzo, a la nada" con "Más íntimo", dos horas de "volver al Moncho de la palabra, del gesto, sin trucos, sin pelucas".

"Significa ver a Moncho Borrajo en su estado más puro e íntimo porque hablo de cosas normales, de caca culo pedo pis, cuento un cuento sobre un perro, hago reír hablando de la Navidad o de la mujer, cosas normales, donde la política tiene muy poco espacio porque la gente está harta de estos señores", relata.

En este montaje el cómico ni corre por el escenario ni regaña a nadie por llegar tarde. "Es un Moncho de barra de bar, la gente que venga a verme va a sentir que le estoy contando las cosas a ellos y esa intimidad se agradece mucho", asevera.

Tres pantallas con fotografías serán el único acompañamiento sobre el escenario de un Borrajo vestido con vaqueros, camisa negra, zapatos de charol y chaqueta de esmoquin que recalca que para hacer una obra minimalista el texto tiene que ser soberbio.

"Más íntimo" sólo estará en escena hasta finales de julio, porque en septiembre el cómico empieza con "Golfus Hispánicus", donde habrá más política pero siempre "en clave de humor".

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