"A escondidas", una serena mirada a la homosexualidad adolescente en Málaga

  • "A escondidas", la segunda cinta proyectada en la competición de largometrajes del Festival de Cine de Málaga retrata un momento en la vida de dos chicos de catorce años, justo en ese tiempo en el que "te buscas a ti mismo, tratas de construirte como persona y tu mundo está un poco difuminado".

Málaga, 22 mar.- "A escondidas", la segunda cinta proyectada en la competición de largometrajes del Festival de Cine de Málaga retrata un momento en la vida de dos chicos de catorce años, justo en ese tiempo en el que "te buscas a ti mismo, tratas de construirte como persona y tu mundo está un poco difuminado".

Así lo explica su director, el bilbaíno Mikel Rueda, un experto en Comunicación Audiovisual que compitió en San Sebastián en 2010 con "Estrellas que alcanzar", su proyecto de postgraduado de la New York Film Academy, y que ahora ha conmovido a Málaga con esta serena visión de la homosexualidad más incómoda, dice, "la de antes de los 18".

Sin violencia, sin sexo, y con una ternura fuera de dudas "A escondidas" muestra el proceso de amistad, enamoramiento y separación de dos chicos en el País Vasco, uno de ellos, inmigrante que vive en un centro de acogida, y el otro, miembro de la típica cuadrilla que se reafirma humillando al diferente.

"Es la presión del entorno", aclara el director en una rueda de prensa celebrada tras la proyección de la película.

"Parece que hemos avanzado legalmente, pero con los chavales, sobre todo, queda mucho que hacer, a las generaciones que vienen les cuesta mucho hablar de homosexualidad; la presión del grupo hace sufrir mucho a los adolescentes. Lo mismo pasa con la inmigración, están entre nosotros, pero que no vivan a mi lado", reflexiona el vasco.

Con Germán Alcarazu y el atlético actor marroquí Adil Koukouh (que ayer provocó escenas de histeria entre las fans que aguardaban su llegada al festival) como protagonistas principales, la historia se arma con tres veteranos que aportan solvencia y le dan aún más verdad a la historia: Álex Angulo, Ana Wagener y Ramón Agirre.

"Me costó mucho", explica el joven debutante en la serie "El príncipe", refiriéndose al único beso comprometido que da a su compañero Alcarazu, a quien se le hizo "fácil" su papel de Rafa porque es tan sensible con él, han dicho ambos a la prensa.

Según Rueda, hay poca violencia y poco sexo -"ya llegará el momento del sexo para los protagonistas", apunta- y mucho cariño, reforzado por una banda sonora elegida personalmente por el realizador.

Rodada en 16 milímetros con la idea de dar cercanía al espectador, porque Rueda cree que el formato digital "aleja", y deliberadamente desordenada, al tiempo que desenfocada en ocasiones para que el espectador sienta en la butaca la misma confusión que los jóvenes cuando empiezan a conocerse, explica Rueda, "A escondidas" conduce con suavidad al espectador y nunca juzga.

"Sus mundos están tan difuminados, ellos están tan fuera de foco y pasan tan de lado por la vida que, cuando se encuentran y se ven reflejados el uno en el otro y se gustan, empiezan a gustarse a sí mismos", explica el director que ha tardado siete años en conseguir la financiación necesaria para sacar adelante la película.

Esa reflexión, esa normalización de la homosexualidad adolescente que tan limpiamente muestra la película, provocó el agradecimiento de una periodista que, en la sala de prensa, pidió un aplauso a la valentía del director para tratar un asunto que, dijo, vendría muy bien ver en los institutos españoles, lo que hizo que a Rueda se le saltaran las lágrimas.

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