"A tres bandas", más allá de un viaje musical, una convergencia de culturas

  • "A tres bandas", una exposición artística en Costa Rica, despierta los sentidos mientras se hace un viaje musical que logra una convergencia de las raíces indígenas, hispánicas y africanas de la música latinoamericana.

María José Brenes

San José, 29 mar.- "A tres bandas", una exposición artística en Costa Rica, despierta los sentidos mientras se hace un viaje musical que logra una convergencia de las raíces indígenas, hispánicas y africanas de la música latinoamericana.

Con una mirada visual y sonora, el Museo Nacional de Costa Rica presenta, desde esta semana y hasta el próximo 31 de agosto, los matices y la enorme riqueza que ha generado esta convergencia interétnica.

"Esta exposición no pretende buscar espacios herméticos en donde cada país defienda su identidad, queremos transmitir sobre el denominador común que hay en todas esas músicas, no buscar la fragmentación. Aquí no se ven espacios dedicados específicamente al tango o al merengue", explicó a Efe durante una visita guiada el curador español Albert Recasens.

El musicólogo manifestó que el mensaje que subyace a la exposición es que hay una "diversidad enorme" en cuanto a la música de toda América con "muchos puntos en común".

Una vez en la sala, la música popular iberoamericana en el siglo XXI es la que invita a dar un paseo por las aportaciones más importantes, esa variedad y riqueza de la música urbana.

Al ritmo de Celia Cruz, Pedro Infante, Mercedes Sosa, Los Panchos, Andrés Calamaro, entre muchos otros, los visitantes pueden cerrar sus ojos y simplemente escuchar.

En la época más actual, la exposición reconoce la industria cultural, en la que se dio el desarrollo del disco, la radio, el cine y la televisión.

Los géneros como el bolero, el vals, la ranchera, el tango, la música tropical, la cumbia y la balada, forman parte de ese viaje musical, en donde tampoco está de más dar unos pasos de baile.

Unos códigos de color guían al público de manera espontánea y natural. El amarillo representa a los indígenas, el azul se traduce al mar con la llegada de los barcos que provenían de la Península Ibérica, y el rojo es la influencia de la raíz afrodescendiente.

"Queremos que las familias y amigos participen, se integren escuchando y disfrutando de un fenómeno sonoro que es muy habitual. Invitamos a bailar, a que toquen los instrumentos, que sientan la materialidad", aseveró Recasens.

A diferencia de otras exposiciones, "A tres bandas" no cuenta con objetos patrimoniales, que es lo característico de un museo, sino que busca desde la música llegar a los sentidos.

"La sala se ha creado para llegarle a los sentidos, el diseño se basa en eso, es oscura para que las personas sientan y no escuchen nada más que lo necesario. Las proyecciones y sombras permiten el ritmo musical. Queremos transmitir ese movimiento y ese ritmo que nos caracteriza a los latinos", indicó la museógrafa, Lidilia Arias.

El recorrido hace una transición por la música popular urbana iberoamericana y pasa por la de la época de las independencias a principios del XIX.

Continúa con el sincretismo de lo indígena y lo hispano. Se destaca el proceso de evangelización, con el que los indígenas adoptaron creencias no sólo de la Iglesia Católica, sino también los ritos españoles y portugueses.

La muestra se adentra también en la música afrohispánica en el Caribe, para terminar en la raíz africana, indígena e hispánica, que se remonta al 790 DC.

"A tres bandas" no es solamente una exposición que penetra en los oídos para llevarlo a otra época, a otro sistema, sino que mezcla las culturas y los sentidos para ir más allá de un viaje musical.

La exposición es organizada por Acción Cultural Española con el apoyo del Ministerio de Cultura y Juventud y el Centro Cultural de España en Costa Rica.

La muestra ha sido presentada en países como Colombia, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Puerto Rico, Miami, España (Cádiz y Badajoz) y próximamente espera llegar a Brasil.

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