A "Una rubia imponente", de Dorothy Parker, le han salido los colores

  • Carmen Sigüenza.

Carmen Sigüenza.

Madrid, 14 abr.- "Bebe y baila, ríe y miente, ama toda la tumultuosa noche, porque mañana habremos de morir". Este fragmento de un poema de Dorothy Parker describe el paso por el mundo de esta mordaz y ácida escritora estadounidense, cuyo mítico relato "Una rubia imponente" se reedita ahora ilustrado por Elisa Arguilé.

Publicado por Nórdica Libros, "Una rubia imponente" es el cuento más conocido de Dorothy Parker (West End, New Jersey,1893-Nueva York,1967). Aparecido en 1929, ganó el prestigioso Premio O. Henry al mejor cuento del año. Además está considerado uno de los más perfectos del siglo XX, en cuanto a forma y contenido.

La nueva reedición que ahora se publica incluye otra propuesta visual, una serie de ilustraciones que componen un segundo gran relato que dialoga con el de la cuentista, crítica, columnista y poeta neoyorquina, realizado por la artista zaragozana Elisa Arguilé.

Este trabajo ha sido todo un reto para la ilustradora, porque el relato no está escrito para ser ilustrado. "He tratado de incomodar un poco, de crear otra propuesta, porque no se trataba de cambiar el libro ni de ilustrarlo. Solo he querido obligar al lector a leer el libro más de una vez y por separado", explica a Efe Arguilé.

Las imágenes tienen una estética muy simple, como indica la creadora, "a veces un poco estúpida, como es la protagonista del libro -dice-, porque lo he querido así. Dibujar lo más simplemente posible sin perderme en la técnica, y para ello he utilizado rotuladores. Como la protagonista, que diluye su vida en alcohol, también mis rotuladores se diluyen en alcohol", subraya.

Manchas muy grandes, pinturas algo naif, de colores, rostros con el predominio del rosa, el beige, el verde y el rojo, solo para pintar los labios y las uñas de la protagonista, ocupan este libro, que es un festín visual.

Como también fueron los festines creativos y glamurosos de los locos años 20 que la escritora se daba con intelectuales y artistas, como sus reuniones en el Hotel Algoquín, en Nueva York, cerca de la revista Vanity Fair, donde trabajó la autora, al igual que en Vogue y en The New Yorker.

"Una rubia imponente" cuenta la corrosiva historia de una mujer muy hermosa, Hazel Morse, que trabajaba en unos grandes almacenes y se "sentía muy orgullosa de sus pies diminutos y era capaz de soportar el sufrimiento por vanidad".

Tras conocer y aferrarse a algunos hombres, a algunas copas y fiestas, saborear infidelidades o algunos intentos de suicidio, acaba adentrándose en un mundo ficticio, banal, autodestructivo y lleno de alcohol para buscar algo de escapatoria a su tristeza.

Parker, que en realidad se llamaba Dorothy Rothschild, pero no pertenecía a la saga de los ricos Rothschild, sino que era hija de una familia de clase media, fue una mujer inteligente, lúcida y moderna, una avanzada de su tiempo, feminista y de izquierdas.

Y sobre todo una pluma irónica y mordaz, una apasionada de la vida, una figura simbólica neoyorquina que también supo hacer de la frivolidad un exquisito material literario. Se casó en varias ocasiones, la primera en 1917 con Edwin Pond Parker y luego con el escritor Alan Campel, con quien se marchó a Hollywood para escribir guiones.

Amantes, amores frustrados, varios intentos de suicidio, eso tenía Dorothy Parker en común con la protagonista de su cuento, pero era también una mujer muy comprometida.

Durante la Guerra Civil, vino a España y apoyó a la República, y en Estados Unidos fue perseguida por el FBI, que la acusaba de comunista. Estuvo en la lista negra de Hollywood durante la famosa caza de brujas, y murió en 1967 de un ataque al corazón. Tenía 73 años y se encontraba sola en un hotel de Nueva York.

En la tumba donde reposan sus restos, un epitafio reza: "Excuse my dust" (perdonen por el polvo).

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