Abierta la capilla ardiente con los restos mortales de Saramago

Tías (Lanzarote).- La capilla ardiente con los restos mortales del escritor portugués José Saramago, fallecido ayer a los 87 años, ha vuelto a ser abierta en la localidad lanzaroteña de Tías, en la que vivía con su esposa Pilar del Río.

El cadáver fue trasladado a las 5 y media de la madrugada, hora local, (4:30 GMT), hasta una funeraria de Arrecife, la capital lanzaroteña, para ser embalsamado, y regresó a la capilla ardiente, situada en la Biblioteca de la Sede de la Fundación José Saramago, en Tías, a las siete de la mañana (6:00 GMT).

Más de mil personas han mostrado sus condolencias a la familia desde que fuera ayer abierta la capilla ardiente, en la que desde primera hora de la mañana se encuentran su biógrafo personal Fernando Gómez Aguilera, el escritor Juan Cruz y los alcaldes de las localidades de Tías y Haría, José Juan Cruz y José Torres.

Los restos mortales del Premio Nobel de Literatura saldrán de la la Sede de la Fundación José Saramago a las diez de la mañana hora local (9:00 GMT) y serán trasladados al aeropuerto de la isla, desde donde viajarán a Lisboa para ser incinerados.

Una parte de sus cenizas se depositarán en su pueblo natal, Azinhaga (Portugal), y otra parte se enterrará junto a un olivo de su casa de Lanzarote, informaron a Efe fuentes familiares.

El cadáver del escritor está vestido con un traje oscuro y con gafas, en un ataúd abierto con cuatro velas a su alrededor, en la biblioteca que hace de capilla ardiente, presidida por un cuadro en el que se ve a Saramago con su mujer, Pilar del Río.

La familia del escritor portugués ha recibido las condolencias del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero; del de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, y de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández Kirchner.

A la capilla ardiente, que permaneció abierta hasta la 01:30 de la madrugada (00:00 horas GMT) de ayer, se acercaron la ministra de Cultura de Portugal, Gabriela Canavilhas; el alcalde de Tías, José Juan Cruz Saavedra, miembros de la corporación y algunos vecinos de la localidad.