Adiós a la primera dama más glamurosa de América Latina: Awada se despide

  • Tras la derrota de Macri las elecciones argentinas, el 'fashion system' se despide de la mujer más elegante del continente.
Juliana Awada
Juliana Awada
EFE

Las elecciones presidenciales en Argentina han dado un vuelco a la situación actual. El presidente Mauricio Macri ha sido derrotado por el candidato del kirchnerismo, Alberto Fernández, por lo que habrá cambio de gobierno en el país y la Casa Rosada tendrá nuevos inquilinos. Esto significa que Macri y su familia, encabezada por Juliana Awada, salen de la posición principal en el tablero político del país. 

Una noticia que deja huérfano al mundo de la moda, que pierde a la primera dama más elegante y glamurosa de Latinoamérica. Para Argentina, quizá Juliana ha sido la más importante pareja de un presidente desde Eva Perón, pues es la que ha tenido más visibilidad y popularidad en estos últimos años. Y por méritos propios.

Juliana es hija de Abraham Awada, inmigrante libanés, y de Esther 'Pomi' Baker, también procedente de una familia de inmigrantes musulmanes, por lo que sus orígenes son de lo más exótico. Su padre puso en marcha el imperio textil del que hoy goza la familia, con la marca homónima Awada de ropa femenina. Así, Juliana creció en una familia acomodada, lo que le permitió estudiar en los mejores colegios de Argentina y vivir un tiempo en el extranjero, concretamente en Oxford, Reino Unido.

A su vuelta a Argentina se involucró en el negocio familiar, años en los que la empresa se expandió a Chile y Uruguay. Mientras tanto, tuvo un fugaz matrimonio con Gustavo Capello y una relación con el belga Bruno Laurent Barbier, con el que tuvo a su hija Valentina en 2003. Si bien acabaron separándose y ahí entró en juego en su vida Mauricio Macri.

Se casaron en 2010 y al año siguiente tuvieron a su hija, Antonia. Macri también estaba divorciado y aportó al matrimonio tres hijos de su primera esposa, Agustina, Gimena y Francisco. Juliana apoyó siempre a su marido en su carrera política y en 2015, cuando éste ganó las presidenciales, se convirtió en la primera dama de Argentina. Un soplo de aire fresco estilístico tras unos años de reinado de Cristina Fernández de Kirchner, cuya forma de vestir y de proceder es radicalmente diferente.

En estos años, Juliana se ha dedicado con esmero a su labor y ha centrado sus causas en la infancia y la mujer, acudiendo a numerosos actos por todo el país y también fuera, mostrando siempre un cariño excepcional y mucho entusiasmo. Así, se convirtió en un icono de estilo hasta el punto que la revista 'Vogue' le llegó a comparar con Jackie Kennedy. Gracias a su elección de prendas básicas para el día a día con un punto chic y de tendencia y sus vestidos impecables, casi siempre largos y fluidos, en las grandes ocasiones, ha conquistado el mundo.

Su popularidad se refleja en el millón y medio de personas que le siguen en Instagram, donde muestra tanto su labor como primera dama como momentos íntimos en familia junto a Macri y sus hijas. Algo poco usual en una mujer con este cargo y que le ha hecho tan querida y admirada.

Un 'disgusto' para la Reina Letizia

Su salida de la Casa Rosada también supone un 'disgusto' para nuestra Reina, Letizia. Y no por cuestiones políticas, pues los Reyes en estos aspectos siempre se mantienen neutrales, sino porque la soberana mantenía una estrecha relación con la todavía primera dama. Letizia y Juliana Awada eran prácticamente íntimas, y en los dos encuentros que han tenido, uno en España y otro en Argentina, han dejado patente la buena sintonía que hay entre ambas.

Durante la visita de Estado de Macri a España, los Reyes fueron los anfitriones del matrimonio, visitando con ellos la Feria de Arte Contemporáneo ARCO, cuyo país invitado era precisamente Argentina en 2017, y celebrando una recepción y una cena de gala en el Palacio Real por todo lo alto. Ambas damas se mostraron muy unidas en esos días, haciendo también actos en solitario, y muy compenetradas estilísticamente, aunque cada una en su estilo. Fue una de las últimas visitas a nuestro país de un mandatario internacional más glamurosa.

Juliana Awada
Doña Letizia y Juliana Awada en ARCO en 2017 / EFE

En ese primer encuentro, las dos congeniaron tan bien que, cuando don Felipe y doña Letizia visitaron Argentina este invierno, se pudo ver cómo ambas se trataban como amigas. Doña Letizia no es dada a ser muy cariñosa en público, y con Awada su actitud fue completamente diferente. Abrazos, caricias, sonrisas, confidencias... Un síntoma de que la soberana se encuentra muy a gusto con esta argentina procedente de una de las sagas empresariales del sector textil más importantes del país.

Doña Letizia y Juliana solo se llevan dos años -la argentina tiene 45 años y nuestra Reina, 47- y tienen hijas de edades similares, por lo que se encuentran en un momento vital similar. Además, ambas son amantes de la moda y profesionales destacadas cada una en su ámbito, con carreras independientes antes de conocer a sus maridos, por lo que el entendimiento es máximo. Hasta tal punto llega su conexión que incluso visten ya de forma muy similar y han llegado a lucir prendas iguales, lo que muestra la influencia que tiene una en la otra.

Reina Letizia
Juliana lució este mismo vestido en el encuentro con los Reyes en marzo y la Reina se prendó de él / EFE
Letizia
Awada también se atreve con el color fetiche de la Reina, el rojo /  EP

Ahora, tras el resultado de los comicios, estas imágenes no volverán a repetirse. Al menos en unos años. Juliana Awada y Mauricio Macri tienen ya los días contados en la Casa Rosada, por lo que la representación institucional del estado recaerá en Alberto Fernández y su esposa Marcela Luchetti. Así, Letizia no volverá a reencontrarse con su 'mejor amiga' en el tablero internacional -al menos en público- y nos quedaremos sin ese derroche de estilo que las dos hacían juntas y tanto nos gustaba.

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