Adolfo García Ortega: "Los nacionalismos son el problema más grave de Europa"

  • Con la convicción de que el ser humano avanza tecnológicamente pero pierde memoria, el escritor vallisoletano Adolfo García Ortega ha construido "Pasajero K", una novela con la guerra de los Balcanes como telón de fondo y con Europa y la condición humana como eje central.

Carmen Sigüenza

Madrid, 16 ene.- Con la convicción de que el ser humano avanza tecnológicamente pero pierde memoria, el escritor vallisoletano Adolfo García Ortega ha construido "Pasajero K", una novela con la guerra de los Balcanes como telón de fondo y con Europa y la condición humana como eje central.

Una investigación y reflexión que García Ortega (Valladolid, 1958) ha convertida en ficción y que le lleva a decir en una entrevista con Efe que "los nacionalismos son el problema más grave que tiene Europa. Este momento de crisis económica y social está viendo ecos de las ideas que germinaron en la guerra de los Balcanes", precisa.

Publicada por Seix Barral, "Pasajero K" es una novela a ritmo de thriller que comienza con un viaje en tren hacia el corazón de Europa, con dos protagonistas que se encuentran por azar. Un director de cine -el enigmático K- que busca su identidad perdida, y Sidonie, que se dirige a la Haya para asistir al juicio de Radovan Karadzic.

Una intriga que continúa porque la joven posee una determinada información que puede cambiar el juicio, por lo que las persecuciones y amenazas son continúas. Una propuesta narrativa con la que el lector se irá adentrando en una nostálgica Europa de la cultura, con sus mitos, museos, música, cines, teatros, en contraste con la Europa de hoy.

"En este momento tan delicado no sé si estamos al final de una idea de Europa o al comienzo de otra Europa. Y la realidad es que sobran o sobramos gente, no es que haya paro es que sobra gente a la que no vamos a dar trabajo y en con eso hay que tener mucho cuidado", argumenta el autor, al tiempo que vaticina que si no hay una transformación social enorme, la cosa irá mal.

García Ortega cree necesario "un cambio en la representación política" tal como se entiende actualmente porque "el ciudadano no solo puede hablar cada cuatro años en unas elecciones con unos partidos políticos en los que no se puede incidir".

"En tiempo de crisis económica lo primero que falla es nuestra propia identidad -sostiene-. Todo ello acerba las pequeñas miras y solo vemos a mi pequeño país, mi frontera, mi idioma, mi religión, y todo lo demás es condenable y eliminable", añade Ortega.

Y es que el ex editor y autor de "El mapa de la vida", "Café Hugo" o "El comprador de aniversarios", entre otros títulos que le acreditan como una de las voces más respetadas y singulares de la literatura contemporánea en castellano, dice que desde siempre ha querido escribir una novela sobre Europa porque cree que es una asignatura pendiente, sobre todo, en los escritores españoles.

Para ello, Ortega ha decidido que ahora "que la identidad de Europa está en entredicho" era el momento adecuado.

"El problema de Europa es que cuando se está a punto de conseguir la unidad política, vuelve a surgir el fantasma del fascismo, la xenofobia, los nacionalismos y todo ello como siempre propiciado por una crisis económica", sostiene

Y, cuando le surgió escribir sobre las consecuencias de la Guerra de los Balcanes -"una vergüenza y un cáncer para Europa, para mí la tercera guerra mundial"- apareció la imagen de la detención de Karadzic, disfrazado de curandero.

"Y esta imagen tragicómica de uno de los hombres más buscando del siglo XX me dio la idea de que la terrible guerra de Bosnia seguía siendo desconocida", explica.

El autor se centra en algunos de los aspectos más dramáticos de esta guerra cruel, como las violaciones a las mujeres bosnias. "Esto es una lacra para la sociedad bosnia, porque el mundo musulmán es antifemenino, no machista sino antifemenino, y estas violaciones se cometieron como herramienta para la limpieza étnica. Todo el mundo miró hacia otro lado, incluso los responsables de instituciones".

"Podrían salir muchas investigaciones sobre este asunto que salpicarían a mucha gente", concluye el autor que ha querido reivindicar, por encima de todo, "el mestizaje", donde todas las culturas puedan convivir en Europa.

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