Albert Pla da rienda suelta a sus "ensoñaciones" entre peluches y xilófonos

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 16 nov.- Quizás porque Albert Pla dice haber vivido siempre en crisis, el cantautor catalán permanece ajeno a las convulsiones económicas y a las elecciones del 20-N. Lo suyo, como reza el título de su último álbum, "Somiatruites", trata más de "soñadores que están en las nubes" y de sus fantasías oníricas.

"Yo tenía una pesadilla recurrente, que iba a Nueva York y me pillaban con drogas en el aeropuerto", confiesa este artista que en el undécimo disco de su carrera, que se publica el próximo martes, ha ilustrado con canciones cada uno de los momentos previos al sueño: insomnio, emociones, recuerdos, planes futuros...

"Somiatruites" es además la plasmación discográfica, más o menos fiel, de la gira que comenzó hace ya un año de la mano del francés Pascal Comelade, un experto en construir melodías a partir de instrumentaciones peculiares, que en este caso ha echado mano de juguetes de todo tipo, "de ositos de peluche a xilófonos".

Por todo ello, dice Pla que la grabación de este disco ha sido, más que nunca, "un juego", en el que ha contado con la colaboración de los músicos de la gira, la orquesta Somiatruites, y con aportaciones extras de "vecinos" y amigos como Quimi Portet, Tino Di Geraldo y Muchachito Bombo Infierno.

El resultado es un disco doble, con 10 canciones en castellano y otras 8 en catalán, que en el futuro podría tener una continuación en forma de DVD para mostrar el colorido espectáculo que ambos han paseado incansablemente en los últimos meses, en compañía de títeres.

"Yo nací de gira", dice Pla, un músico conocido por sus características puestas en escena, que dice que la mitad del año se levanta a las 5 de la mañana "para currar" y que la otra mitad se acuesta a esa hora.

En sus ratos de sueño, además de la pesadilla ya exorcizada de la detención en Nueva York, se repite otra historia para la que aún no ha encontrado interpretación, la de "una casa en ruinas" que le pertenece y con la que tiene que hacer algo, aunque ignora qué.

Cuando está despierto, su reino sigue sin ser de este mundo, sobre todo con el de las portadas de los periódicos, con titulares políticos y económicos. Dice que vive ajeno a la campaña electoral y matiza unas declaraciones de 2008 en las que dijo a Efe que a él le iba "bien con la crisis".

Frente a lo que decía entonces -"toco como siempre, sin depender de las ventas de discos"-, explica ahora el músico que "es raro que yo dijera que eso, porque siempre he estado en crisis".

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