Alerta en Kensington Palace: los hijos de William y Kate, cerca de un exconvicto

  • Un hombre que estuvo siete años en prisión por torturas y violencia pudo entrar al Palacio y ver a los hijos de los duques de Cambridge.
George
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EFE

En el Palacio de Kensington, la residencia de los duques de Cambridge, William y Kate, están muy preocupados. Y es que ha sucedido algo que les ha hecho plantearse sus protocolos de seguridad ante lo que ocurrió hace unos días. Porque un exconvicto estuvo muy cerca de los hijos de la pareja, los pequeños George, Charlotte y Louis, dentro de su propia casa.

Así lo destapó en exclusiva el diario 'The Sun', que publicó que el exdelincuente Darren Benjamin, de 40 años, entró en el Palacio hace unos días y pudo ver muy de cerca a los niños. Se trata de un hombre que fue encarcelado durante siete años en 2008 por brutales ataques y torturas, algo que ha asustado mucho a William y Kate cuando se han enterado.

Según reveló 'The Sun', el propio Benjamin se jactó con sus amigos de que había visto a los pequeños y de que eran "muy agradables". Algo que no le ha gustado nada al príncipe William, quien está investigando cómo pudo este hombre entrar en su casa y estar cerca de sus hijos. 

Y la respuesta es muy sencilla. Darren Benjamin trabaja para una empresa de transportes independiente, la cual fue contratada para llevar a Kensington unos muebles, de ahí que pudiera entrar en Palacio el pasado 14 de julio. Por ello, ahora los Cambridge intentan que eso no vuelva a suceder y quieren poner una escolta adicional a sus hijos cuando estén en casa, al igual que impedir la entrada a este tipo de personas.

Porque según los que le conocen, Benjamin es una persona muy violenta y peligrosa y, por cómo contó su encuentro con los pequeños príncipes, podría haber sucedido algo. Por ello, el personal de Kensington Palace se prepara para verificar mejor los antecedentes penales de las personas que entran allí. De hecho, Buckingham se ha involucrado en el asunto y ha lanzado una investigación "de primer nivel".

Benjamin, del noroeste de Londres, formaba parte de una banda de cuatro personas que disfrazadas con máscaras de esquí torturaron al inocente Anthony Powell. Lo ataron y lo amordazaron después de abalanzarse sobre él mientras colocaba los contenedores en su casa de Wolverhampton. Los hombres pusieron un cuchillo en la garganta de la víctima y lo apuñalaron en la pierna mientras lo interrogaban sobre un BMW Z4. Aunque dijo no saber nada del vehículo, los cuatro hombres le volcaron agua hirviendo en la espalda. Todo ello dentro de su propia casa. Cuando se marcharon, lo dejaron amordazado y sangrando.

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