Aliaga y Valero proponen un viaje interior contra los efectos de la crisis

  • Una historia de supervivencia, un viaje hacia el interior de cada cual para combatir anímicamente los efectos de la crisis han filmado Adán Aliaga y David Valero en "El arca de Noé", única baza española dentro del festival de Valladolid, donde ha sido estrenada hoy con división de opiniones.

Valladolid, 21 oct.- Una historia de supervivencia, un viaje hacia el interior de cada cual para combatir anímicamente los efectos de la crisis han filmado Adán Aliaga y David Valero en "El arca de Noé", única baza española dentro del festival de Valladolid, donde ha sido estrenada hoy con división de opiniones.

Ambientada en el año 2020, "El arca de Noé" es un ensayo cinematográfico, una fábula cargada de metáforas que los realizadores alicantinos han definido, esta mañana durante una comparecencia ante los medios informativos, como el fruto del instinto, de una apetencia personal y de las ganas de "hacer algo muy libre con los amigos de siempre".

"Surgió en un momento de crisis personal. Queríamos hacer algo muy libre, guiados por el instinto y la intuición, juntar sinergias. Nunca pensamos en una película para la industria y mucho menos para un festival. Era la necesidad de contar algo en nuestro pueblo y con nuestra gente", ha añadido Aliaga, ganador en la Seminci de 2009 del Premio Pilar Miró al Mejor Nuevo Director con "Estigmas".

San Vicente del Raspeig (Alicante), con puntuales incursiones en las salinas de Torrevieja y en Agost, ha sido el escenario de este metafórico arca de Noé cuyos protagonistas emprenden en 2020 un viaje interior como estímulo previo y necesario para afrontar, al menos desde el punto de vista anímico, las consecuencias de una crisis económica que les tiene asfixiados.

El resultado, en palabras de Aliaga, es una invitación al espectador para que emprenda un itinerario similar porque, como se aprecia en este filme cargado de simbolismos y con una fotografía plena de estética -más cerca del arte contemporáneo que de una propuesta cinematográfica-, "no podremos salir de ésta, por muchas máquinas o artefactos que inventemos, si no cambia uno mismo".

"Hay que conectar con la alegría interior de cada uno e irradiarla. Debemos empezar el cambio por nosotros mismos, realizar un viaje a la esencia de cada uno para proyectarla", ha apostillado por su parte Fran Gomis, uno de los tres actores que soportan este relato metafórico junto a Miguel Martínez "Chillón" y Alicia Santonja.

Los tres representan a una sociedad acosada por el miedo, angustiada ante la escasez de perspectivas y convencida de la inutilidad de cualquier esfuerzo para salir de esa atonía vital, una certeza que también han transmitido Adán Aliaga y David Valero con este filme rodado durante el verano de 2013 en la periferia industrial y empresarial de San Vicente del Raspeig.

Más de un año emplearon ambos en dar forma a la "masa ingente" de material filmado, al principio con un tono de documental que desecharon en favor de un tono, estética y sensaciones más afines al lirismo simbólico que a una realidad sobre la que pretenden ensayar y que al final, en cierto modo, burlan con la actitud de los protagonistas.

"Fue un proceso largo de depuración, de montaje, un pulido en el que finalmente desechamos los diálogos para transmitir un tono más hipnótico y poético", ha explicado Aliaga, quien ha recordado el vínculo "emocional y profesional" que le une con Valladolid, donde estudió tres años en la Cátedra de Historia y Estética de la Cinematografía de la Universidad.

"El arca de Noé" es una propuesta "visceral, valiente y honesta" que ha exigido de los actores "mucho trabajo", ha referido por su parte Alicia Santonja, tal vez el personaje más vulnerable de este largometraje protagonizado por supervivientes a quienes los directores han presentado como material de derribo o de desecho de una sociedad en crisis, en sintonía con el escenario del rodaje: naves industriales en esa población alicantina.

Dentro de la sección oficial de cortometrajes ha concurrido José Luis Montesinos con "El corredor", que él mismo ha definido como "una pequeña fábula del mundo laboral en un tiempo tan convulso".

Montesinos ha agradecido al festival de Valladolid la "apuesta tan fuerte" que realiza por el mundo del cortometraje, "un género en sí mismo que hay que animar y defender".

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