Almudena Cid, obligada a utilizar sus habilidades de gimnasta en una prueba

Almudena Cid - MasterChef
Almudena Cid - MasterChef
TVE

Aunque no sea lo habitual, todos los concursantes se enfrentaban a la prueba de eliminación por su mal funcionamiento en la prueba exterior, excepto Anabel Alonso, que había sido la única aspirante que la había superado.

Para este último reto, los aspirantes tenían que cocinar las aves que les proponía el programa con un método especial de prensado que la mayoría de los futuros chefs no habían visto nunca hasta el momento. Antes de utilizarlo, una pequeña aclaración de los profesionales: "La comida tiene que estar cocinada y tenéis que apretar bien la rueda de la presa para que salga el jugo de la comida cuando esté dentro". Un consejo al que Almudena Cid hizo más bien poco caso, y se vio obligada a utilizar sus capacidades físicas para intentar terminar la prueba a tiempo.

La exatleta ponía la comida cruda dentro de la presa y casi no le salía jugo. "Ay, Dios mío, que sale superpoco", susurraba Cid. Pero lejos de dejar de intentarlo, la gimnasta se subía a la mesa, rodeaba la máquina con las piernas y hacía una y mil volteretas antes de rendirse. "Es una nueva técnica, que yo creo que el dueño de la presa se va a quedar…", comentaba Anabel con la tranquilidad de haber sido salvada.

Una prueba final llena, además, de confesiones por parte, sobre todo, de dos concursantes: Boris Izaguirre y Yolanda Ramos. El primero aseguraba que no se había atrevido a hablarle mal a Tamara Falcó en la anterior prueba por si se enfadaba con él Isabel Preysler y añadía que ya ve un futuro a largo plazo con su compañero Félix, y, la Ramos, confesaba que había tenido dos malas capitanas en el concurso y habían sido: Ana Obregón y Paula Prendes.

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