Anastacia renace en Madrid: "¡Aún no estoy acabada!"

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 25 oct.- Que guarden las palas quienes daban a Anastacia por enterrada. Aunque la creadora del "sprock" (mezcla de soul, pop y rock) no está en un gran momento comercial, la artista que superó en dos ocasiones el cáncer está lejos de haber cantado su última nota si todos sus conciertos son como el de hoy en Madrid.

"¡Aún no estoy acabada!", se dijo la de Chicago cuando el año pasado le comunicaron que volvía a padecer esta enfermedad y, lejos de amilanarse, compuso una colección de canciones que, como la emocionante "Stay", han sonado esta noche en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid ante el aforo completo, 1.850 personas según la organización.

En el "Resurrection Tour", cuyo título reedita el de su más reciente álbum, el sexto de estudio, se hace más patente que nunca cuál es una de sus grandes fortalezas: su capacidad de insuflar esperanza y el vigor de su lucha vital a unas canciones con las que el público -ampliamente femenino- comulga con facilidad.

Su padre la abandonó a ella, a su madre y a sus dos hermanos, uno de ellos autista. Hasta los 30, la míope Anastacia no conoció el éxito y ocultó su edad real durante años.

Aún hoy luce una cicatriz en el vientre porque, siendo joven, le diagnosticaron la enfermedad de Crohn y hubieron de extirparle parte del intestino. No es la única marca en su cuerpo, ya que recientemente también se ha sometido a una doble mastectomía para parar el cáncer.

Así pues, si Anastacia canta sobre recriminarle a un exnovio por hacerla sentir como un perro tirado en la calle, te lo crees; y si en otro momento habla con "el corazón en la mano" de su cáncer, también la crees.

"Mis canciones hablan sobre todo de la belleza, la verdad y la vida", ha explicado en el concierto en Madrid, el único en España en esta gira, y en el que, por falta de medios o por una concepción musical más anclada en el rock que en el pop, se nutre al cien por cien de su talento, el de su banda (tradicional: bajo, guitarra, teclado y batería) y un repertorio sólido, sin más artificios.

Lo espartano del espectáculo se compensa por la fuerza con la que arranca el espectáculo. Parece de hecho una jugada arriesgada comenzar con "Left outside alone", probablemente la más efectiva, pero con ello se garantiza un auditorio en pie desde que las coristas entonan el primer "lalala" y el público lo reconoce.

Es la primera parte la más vibrante, en detrimento de una segunda que concentra los temas nuevos, sin el calado de aquellos tres exitosos primeros álbumes -"Not that kind" (1999), "Freak of nature" (2001) y, sobre todo, "Anastacia" (2004)- que la permitieron despachar la mayor parte de sus 30 millones de discos vendidos en todo el mundo, cerca de 700.000 en España.

Su éxito discográfico ha ido menguando, pero no su sombra, que sigue siendo muy alargada y potente, como su voz, rasgada y singular en su nasalidad y amplio registro, de los tonos más agudos a los más graves, que refuerzan junto a su biografía esa imagen de fortaleza.

"¿Hubieses querido tener como mascota un unicornio, un dragón, un pegaso o un grifo?", le pregunta una fan en un momento del concierto, una de las pocas concesiones al espectáculo extramusical. "¿En serio?", responde ella sin dar crédito a lo que oye, pensando si la han tomado por Mariah Carey. "Me gusta 'Juego de tronos', pero yo lo que tengo es un perro", concluye sin perder la sonrisa.

En cuanto a sus múltiples facetas, cuesta destacar dónde brilla más. En el pop cosechó algunos de sus mayores éxitos, como "One day in your life" o "Welcome to my truth", pero se sabe pólvora cuando interpreta puro rock, de ahí que publicara un disco de versiones del que esta noche han sonado "Back in black" de AC/DC y "Sweet child o'mine" de Guns n'roses para regocijo de todos.

En "Heavy on my heart", cuyos beneficios destinó a la lucha contra el cáncer de pecho, luce su poderío en el terreno del canto espiritual negro, mientras que en los bises rescata su fecunda relación con el funk, poniendo a todo el mundo a bailar con "Paid my dues" y la postrera "I'm outta love".

Su romance con Madrid continuará el próximo 7 de noviembre, ya que actuará en el concierto "Por ellas" que organizan la emisora Cadena 100 y la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Anastacia ha vuelto y está más viva que nunca.

Mostrar comentarios