Andrés de York, el gran 'dolor de cabeza' de Isabel II: una vida llena de escándalos

  • El tercer hijo de la Reina de Inglaterra está en el ojo del huracán ante su supuesta implicación en el caso de pedofilia. 
Andrés de York
Andrés de York
EFE

Andrés de York vive sus horas más bajas desde que saltara a luz el caso Epstein, de explotación sexual a menores de edad. El pasado mes de julio se conocieron los detalles de este escándalo que llevó al millonario a la cárcel y su posterior suicidio en prisión. Entre las revelaciones que se han hecho en este tiempo, la más llamativa es la que involucraría al hijo de la Reina Isabel en esta red de abusos a menores.

En concreto, el tercer hijo de la soberana habría mantenido relaciones con jóvenes que formaban parte de la red de Epstein. Varias lo han acusado de tocamientos y demás comportamientos inapropiados. Además, hay fotografías del príncipe en la mansión del que era su amigo con jóvencitas a las que abraza de una forma muy cariñosa. De ahí que se crea que formó parte del grupo de amigos del millonario a los que éste conseguía jóvenes para mantener relaciones sexuales.

Ante la magnitud del escándalo, Andrés tuvo que salir al paso de todo lo que se estaba publicando y enviar a los medios un comunicado en el que afirmaba que nunca vio o sospechó nada de las actividades que Epstein llevaba a cabo mientras duró su amistad con él. Admitió haberse alojado en algunos de sus domicilios en 1999, lo cual calificó de error y que le costó que el Parlamento británico le retirara su condición de representante de Reino Unido para el comercio exterior por considerar que se aprovechaba de su posición para conseguir favores de sus amigos millonarios.

Sea como sea, la tormenta no arrecia. Cada día surgen nuevas informaciones que lo vinculan a esta trama. La última: una de sus exparejas, Lady Victoria Hervey, quien asegura que estuvo a punto de caer en esta red de tráfico de mujeres después de mantener una cita con el príncipe en el fatídico 1999. Y es que la aristócrata conoció a Epstein a través de Andrés, con el que fue a una cena en la que también estuvieron Bill Clinton o Donald Trump.

Así, ante esta avalancha de acusaciones, la Reina de Inglaterra se ha visto muy afectada. Según los tabloides británicos, su Majestad estaría "preocupada y angustiada" por todo lo que rodea a este caso y tiene que ver con su hijo. Y es que, fuentes cercanas a Palacio señalan que esto supone un grave escándalo para la corona, de ahí la desolación de Isabel II. Aunque esta no es la primera vez que su hijo le da un disgusto, pues a pesar de que se le ha visto con él estos días en una muestra de apoyo público, Andrés es su particular 'dolor de cabeza'.

De militar ejemplar a dejarse corromper

Aunque ahora la popularidad y reputación de Andrés de York está en lo más bajo, hubo un tiempo en que no fue así. Hay que recordar que el príncipe se alistó en 1978 en la Marina Real Británica, sirviendo en el portaviones 'HMS Invincible' durante la Guerra de las Malvinas, lo que le valió el reconocimiento público y del Ejército por su labor como piloto de guerra. Allí hizo carrera, llegando a ser comandante hasta que en 2001 solicitó su baja.

Y es que fue en esa época cuando comenzó su declive. Porque al duque de York le gustó siempre estar bien rodeado de personas influyentes que le pudieran conseguir favores y le permitieran vivir a todo tren. Así, en la década de los 90 se codeó con grandes empresarios, acudió a numerosas fiestas y se dejó ver en los lugares más selectos. Fue en esa época cuando se divorció de Sarah Ferguson, en 1996, tras un matrimonio de diez años y dos hijas en común, Eugenia y Beatriz. 

Así, su madre le dio el cargo de representante de Reino Unido para el comercio exterior, lo que le permitió viajar por todo el mundo y conocer a empresarios como el malogrado Epstein. Una situación que él aprovechó para jugar al golf, asistir a fiestas y grandes eventos y, en resumidas cuentas, darse la gran vida. Por ello el Parlamento le retiró esa condición al ver que le perjudicaba más que le beneficiaba. 

Y es que se sospecha que Andrés de York pudo lucrarse de este puesto más allá de lo evidente. Porque hace unos años, una investigación periodística destapó cómo su exmujer cobraba 50.000 euros en efectivo de un falso jeque árabe que quería hablar con el príncipe, lo que viene siendo una comisión fraudulenta, lo que echó más leña al fuego a la pareja, cuya relación a día de hoy sigue sin entenderse.

Porque, a pesar de estar divorciados, han seguido manteniendo relación y conviviendo juntos, lo que da la idea de que nunca terminaron y de que Fergie siempre ha sido la encubridora de su ex, con el que de hecho estuvo hace unas semanas en Sotogrande, donde se refugiaron del caso Epstein

A pesar de todo, la Reina sigue defendiendo a su hijo y Buckingham ya negó hace unas semanas que el príncipe tuviera que ver con este escándalo, pidiendo que dejaran trabajar a la Justicia estadounidense. Siempre ha sido su 'ojito derecho' y nunca le ha dado de lado, aunque ahora todo podría cambiar si se acaba demostrando su implicación en este escándalo que también salpica a otras personalidades internacionales, como el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

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