Andreu Carranza: "Verdaguer es uno de los patriarcas de la Cataluña moderna"

Irene Dalmases

Barcelona, 7 ene.- Dice el escritor Andreu Carranza que los versos de Jacint Verdaguer están en una nebulosa de su memoria desde muy pequeño, gracias a su abuela Maria, originaria de una familia carlista. Ahora, a los 57 años, este "patriarca de la Cataluña moderna" le ha hecho ganar el premio Josep Pla de novela.

En una entrevista con Efe, el tarraconense explica que "El poeta del poble" es un viaje por la vida de Mossèn Cinto, un hombre venerado por la gente de la calle, al que considera "uno de los patriarcas fundacionales de la Cataluña moderna", especialmente porque "cogió la lengua catalana, que se estaba disolviendo, y la transformó en lenguaje literario".

A la vez, destaca -mientras no para de sonarle el móvil por amigos que quieren felicitarle- que se trata de "un personaje que parece salido de una novela", que, igual que le ha ocurrido a él, quiere ahora que haga vibrar a los lectores.

A lo largo de más de 400 páginas, el eterno viajero que fue Verdaguer, vestido con sotana, paraguas bajo el brazo y subiendo montañas, habla con pastores para extraer la lengua del fondo popular, y también lo muestra como el hombre "de la tortura interna, del cáliz y la lira, el de la eterna contradicción".

"En la novela -relata Carranza- me adentro en el poeta que busca la admiración de la gente, al que le gusta el aplauso, pero también el que sigue la corriente de la contemplación mística del paisaje, o el que vive atormentado por estar rodeado del lujo soberbio y excesivo del Palau Moja, donde era el confesor del marqués de Comillas, el hombre más poderoso de Barcelona".

En el relato, tampoco obvia Carranza las relaciones del sacerdote con la marquesa de Comillas, María Gayón, una mujer quince años más joven que su marido y de la que cree sufrió "un enamoramiento encubierto".

A su juicio, Jacint Verdaguer fue siempre un "hombre sensual, de una sensualidad extraordinaria, excesivo en todo". "Creo que tanto por parte del poeta como por parte de María Gayón hubo un enamoramiento encubierto. Un poeta es un enamorado de la belleza y no hay obra más bella para un poeta sensual que la belleza humana".

Como no podía ser de otra forma, "El poeta del poble" ahonda, asimismo, en la parte final de la vida del capellán cuando es traicionado por su entorno y acaba practicando exorcismos, porque "quiere sacar a satanás de dentro del proletariado de Barcelona, de una sociedad a la que ve enferma".

Conocedor como es también de la vida de Gaudí (escribió junto a Esteban Martín "La Clave Gaudí"), Carranza incluye un capítulo en el que los dos artistas, ambos franciscanos, se encuentran y dialogan. "Me lo pasé muy bien imaginando sus conversaciones", avisa.

Preguntado sobre cómo ve esta novela dentro de su trayectoria literaria, en la que cuenta con otros premios, el escritor, hijo del primer alcalde democrático y antinuclear de Ascó, reflexiona que como todavía está metido en la piel de Verdaguer, aunque confiesa que aún no he llegado a hacer exorcismos; "lo que espero -dice- es que la gente vuelva a entrar en la vida del poeta, alguien que si viviera en un país diferente tendría varias películas, porque su vida fue brutal en todos los aspectos".

Por otra parte, opina que se ha enfrentado a esta figura "desde la única manera en que se podía hacer, desde la pasión, porque su complejidad así lo exige".

Respecto al hecho de engrosar una lista de autores que se han hecho con el Josep Pla como Terenci Moix, Carme Riera o Baltasar Porcel, Andreu Carranza asevera que hoy está como "un niño que empieza a saber que los Reyes Magos no vienen de Oriente, pero que quiere alargar y alargar la ilusión".