Annie Lennox afirma que es artista y activista, pero que no quiere "sermonear a nadie"

  • Londres.- Artista y activista incansable, y sin renunciar a ninguna faceta, la británica Annie Lennox regresa en solitario con "A Christmas Cornucopia", una "metáfora" con formato navideño con la que la cantante se afana en "conmover e inspirar" a su público sin "sermonear" a nadie y, de paso, cumple un sueño.

Annie Lennox afirma que es artista y activista, pero que no quiere "sermonear a nadie"
Annie Lennox afirma que es artista y activista, pero que no quiere "sermonear a nadie"

Londres.- Artista y activista incansable, y sin renunciar a ninguna faceta, la británica Annie Lennox regresa en solitario con "A Christmas Cornucopia", una "metáfora" con formato navideño con la que la cantante se afana en "conmover e inspirar" a su público sin "sermonear" a nadie y, de paso, cumple un sueño.

Esta "cornucopia navideña", una interpretación muy personal de doce temas tradicionales por los que Lennox siente algún tipo de apego y que sale al mercado este lunes, culmina una idea que la escocesa anduvo "rumiando" durante años, según explicó a Efe en una entrevista.

"He hecho algo que siempre he querido hacer. Siempre he querido grabar estas canciones, y siempre he querido grabar con un coro de niños. Era un sueño que tenía en mi cabeza", comentó la veterana cantante, innegable icono pop a sus 55 años.

En la elaboración de este esperado sexto trabajo en solitario desde que en 2007 grabara "Songs os Mass Destruction" -aunque en el 2009 sacó un recopilatorio, "The Annie Lennox Collection"-, la solista llegó a desplazarse unos días a Ciudad del Cabo (Suráfrica) para grabar las voces del coro African Children's Choir.

Villancicos de toda la vida como "Silent Night", tonadas que la artista llevaba tarareando desde que era una cría, aunque con su toque personal u otras menos conocidas ("Lullay Lullay") conforman un álbum que en su envoltorio eminentemente navideño no oculta un torrente de ideas paralelo, al estilo Lennox, que denuncian, por ejemplo, la situación de los niños-soldado africanos.

Preguntada si se planteó en algún momento que su público pudiera recibir este proyecto con cierto escepticismo, como si fuera otro disco más de Navidad, Lennox confesó que "no tenía ni idea" de que hubiera ya "tantísimos álbumes navideños en el mercado".

"Hay montañas de ellos si echas un vistazo en Amazon. Yo sólo quería hacer mi versión y quizás, sí, fui un poco ingenua", admitió la ganadora de ocho premios Brit.

Con su vozarrón inconfundible, su pelo oxigenado y un look que, en esencia, continúa siendo andrógino, la autora de "No more I love you's" o "Into the west", de la banda sonora de la película "The Lord of the Rings: The Return of the King" ("El señor de los anillos: El retorno del rey", 2003), que obtuvo un Óscar a la mejor canción, jamás ha concebido la música como un mero entretenimiento.

"A mí no me interesa ser simplemente alguien que entretiene. Eso no es para mí. Yo no le digo a otra gente lo que tiene que hacer, pero quiero llegar a las personas, conmoverlas e inspirarles aunque sin sermonear a nadie", enfatizó.

Inquieta, inconformista, tremendamente entusiasta sin dejar de ser cálida, sencilla o cercana, esta veterana de la música y ex solita del dúo de techno-pop Eurythmics reconoció, sin embargo, que no le agrada que la asocien, simplemente, con "obras de caridad".

El porqué, según explicó, radica en que la palabra caridad le "incomoda" ya que opina que "hay un lugar para ello" y, además, ella considera que simplemente "contribuye" con su implicación en ciertos temas.

Lo cierto es que su presencia en determinadas causas han hecho que sea prácticamente inevitable disociar a la artista de la activista, dos facetas que "se complementa y en absoluto chocan".

En este último trabajo sin Dave Stewart (su compañero en el mencionado dúo Eurythmics y, según lo describe ella, su "mentor en muchos aspectos"), incluyó una canción original escrita por ella.

Precisamente, los derechos de autor de ese tema, "Universal Child", irán a parar a su propia fundación, que intenta frenar el avance del sida en África, así como ayudar a aquellas personas que conviven con la enfermedad, especialmente mujeres y niños.

Esa preocupación por el continente africano se despertó en el 2003 con un viaje en el que tuvo oportunidad de visitar orfanatos, hospitales y contemplar, in situ, los devastadores efectos del sida.

"Me afectó muchísimo y me fui del país pensando: Soy mujer, soy madre, quiero contar a la gente lo que está ocurriendo. No puedes simplemente ver lo que ocurre allí y no hacer nada al respecto. Yo tengo una plataforma, tengo una voz", recordó.

Lennox, que aún hoy se recuerda como "aquella niña que jamás ganaba el premio en el colegio", siempre tuvo clarísimo que tendría que canalizar sus inquietudes a través de una vía artística.

"Ya cuando era pequeña, sentía que no encajaba en mi entorno y con esto no digo que sintiera que era mejor, pero sabía que había algo más y sentía que tenía que ver con la expresión artística", recordó.

Con una humildad que contrasta con la magnitud de su fama, Lennox dijo que, ante todo, es "una persona corriente, como todo el mundo".

Quizá por ello, de la industria musical actual detesta la atención -"aparte, claro, de los momentos en que te encuentras sobre un escenario"- pero le espeluzna aún más que se le aplique la palabra "celebridad" porque se siente "menospreciada".

Patricia Rodríguez

Mostrar comentarios