Antonio Muñoz Molina deposita "su huella literaria" en la Biblioteca Nacional

Madrid, 8 oct.- El escritor Antonio Muñoz Molina, guarda desde hoy en la Biblioteca Nacional "su huella literaria", un conjunto de documentos, materiales y manuscritos que van desde sus inicios en las letras en los años setenta hasta 2009, destacando los borradores de sus novelas y las correspondencias con sus editores.

La donación de Muñoz llega días después de que el periodista madrileño Jesús Marchamalo hiciera lo propio y donara a la institución todo el material generado alrededor de sus últimas tres novelas.

Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956), ex director del Instituto Cervantes en Nueva York y Premio Planeta en 1991 por "El jinete polaco", es desde 1996 académico de la Real Academia de la Lengua, donde ocupa el sillón "u".

En el acto de presentación en la Biblioteca Nacional ha estado presente el crítico y comentarista cultural Manuel Rodríguez Rivero, que ha definido la entrega de Muñoz como "uno de esos pequeños acontecimientos importantes que dejan huella".

Por su parte, el escritor andaluz ha agradecido la invitación de la directora de la institución, Gloria Pérez-Salmerón, para ceder parte de su legado como novelista y ha explicado su conformidad con que esté "en un lugar accesible para todos".

Pérez-Salmerón ha destacado de la aportación del autor de "El viento de la luna", su valor por "incrementar nuestro patrimonio", que entrará a formar parte del fondo independiente que la Biblioteca Nacional creó en 1996 para aportaciones personales de escritores y autores.

Muñoz, que ha manifestado su oposición a "la privatización de ciertas cosas", ha confesado: "Como lector, siento curiosidad por saber cómo se han originado las cosas".

Por ello, en el archivo personal que Muñoz ha entregado a la Biblioteca Nacional, se encuentran documentos y material, tanto físicos como digitales, que han conformado su "trabajo diario como escritor".

"Vivimos en una cultura de la queja, pero tenemos muchas cosas por las que estar agradecido", ha dicho Muñoz durante su intervención, en la que ha agradecido el papel que han jugado en su vida las escuelas y bibliotecas públicas.

Además, el escritor de "El dueño del secreto" ha lamentado "el déficit de transparencia en la cultura española", y ha puesto como ejemplo la falta de legado que se conserva de Benito Pérez Galdós en "su querida Santander".

Y es que, para él, "la cierta propensión en la historia a quemar bibliotecas", ha hecho que una gran parte de la documentación literaria desapareciera, como la quema de manuscritos que sufrió, ha recordado, la de Córdoba en manos del califa Al-Mansur durante la época de Al-andalus.

Rodríguez Rivero, por otro lado, ha cuestionado "el concepto excesivamente patrimonial" de herederos o familiares que impiden la labor de investigadores en torno a grandes autores.

Muñoz ha apostado por "copiar" la costumbre anglosajona de que la mayoría de los escritores donen sus documentos para que sean plenamente accesibles.

Entre ellos, ha recordado, la aportación que el dramaturgo Alan Bennett, hijo de un carnicero, realizó a la Universidad de Oxford, como gesto de gratitud por las becas que le habían concedido y le habían permitido avanzar como escritor.

Por último, Muñoz ha reivindicado "el derecho a no usar sólo las tecnologías digitales", y es una de las razones por las que no únicamente de este soporte se nutre la huella que ha querido dejar en la institución, que muestra su evolución literaria desde sus comienzos.

Mañana la Biblioteca Nacional celebrará, dentro de los actos de su Tricentenario, un homenaje a los escritores que han recibido el Premio Cervantes y al que han confirmado su asistencia Mario Vargas Llosa, José Jiménez Lozano y Antonio Gamoneda, entre otros galardonados.