Argentina: El flamenco es difícil si vas con la mente cerrada

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 30 ene.- El flamenco es una música difícil si se escucha con "la mente cerrada", asegura la cantaora Argentina, que ha podido comprobar, de Bollullos (Huelva) a Nueva York, que el jondo ejerce "un poder fascinante" incluso entre quienes no tienen "ni papa" de compás.

Argentina (Huelva, 1984) acaba de editar "Sinergia", un CD más DVD grabado en directo con los recitales que ofreció en los teatros Lope de Vega de Sevilla y en el Isabel La Católica de Granada el año pasado en los que interpretó una selección de piezas de su disco "Viaje por el cante" junto a otros temas.

"Viaje por el cante", candidato a un Grammy como mejor disco flamenco de 2013, es jondo puro, el más tradicional, pero en sus actuaciones para "Sinergia" incluyó, entre otros "añadidos", coplas de homenaje a Carlos Cano y Mari Fe de Triana.

"Me atreví a hacer copla, porque tocar otro género siempre te aporta algo, y esa expresión trágica, dramática de los sentimientos ayuda a un contacto distinto con el público, pero yo soy flamenca", reivindica la artista, de natural tímido aunque cuando sube al escenario se echa "p'alante" y se transforma.

Cada vez es más consciente de sus avances como artista porque nota que disfruta "más y más" en el escenario y tiene menos nervios.

"Una profesora siempre me preguntaba que 'cómo era capaz' de cantar en el escenario si me moría de vergüenza solo con tener que hablar. No lo puedo remediar y creo que será así siempre, pero cuando canto soy otra y no me da miedo de nada", se ríe la cantaora.

La artista comprobó en su propia piel el pasado mes de noviembre en Nueva York que lo que hace tiene un magnetismo "mágico y universal".

"Tú sabes que no saben ná de tientos o de seguiriya pero te miran como si les estuvieras cantando algo que conocen desde chicos. Esto del flamenco es como el que dice que no le gusta un plato. ¿Lo has probado acaso?. Por eso es tan importante abrir la mente y no tener reservas ante lo diferente", sostiene.

Cuando ella era pequeña, dice, solo le gustaban los ritmos festeros, de bulería en adelante, y no era capaz de escuchar otras cosas como el polo o la soleá, pero un día "algo" le tocó "la fibra" y se enamoró para siempre de las métricas más profundas.

Ahora le encanta descubrir en antiguos discos de cilindro voces de otro siglo cantando como "uno no se imagina".

"Hay que quitarse los prejuicios, el 'no me gusta'. Yo empecé con los jóvenes, como Miguel Poveda o Mayte Martín, y con ellos descubrí los martinetes, las tonás, los cantes de Levante, es decir, lo más difícil, lo que requiere intención y atención", repasa.

Está convencida de que "lo vanguardista" es fijarse, precisamente, en lo tradicional, en las voces de otro tiempo, porque "dan en el alma, en el corazón, con cada cante, en cada tercio, y eso es puro e inimitable".

La cantaora, que debe su nombre a un capricho de su abuela, actuará el 5 de febrero en el Romera de Murcia, en marzo irá a Barcelona y en abril estará en Úbeda (Jaén).

"No puedo quejarme de cómo me trata la vida y estoy muy ilusionada con un proyecto muy especial", dice y aunque no quiere soltar prenda, se le escapa que está relacionado con una gran orquesta del otro lado del Atlántico.

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