La arquitectura es "un reflejo de la sociedad"

La arquitectura es "un reflejo de la sociedad"
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EUROPA PRESS
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Para Ozaeta, la sociedad hoy "es más abierta y participativa", por lo que la arquitectura "tiene que hacerse eco" de esta realidad y "favorecer entornos y marcos que permitan que la sociedad se relacione".

"Los arquitectos construíamos esa sociedad, en términos arquitectónicos, pero la construimos", ha afirmado momentos antes de presentar en Concéntrico el Centro de Día para Niños, un proyecto en el que han participado los estudios Taller DE2 y Gutiérrez-De la Fuente.

"Concéntrico habla del debate que tenemos entre el patrimonio y la arquitectura contemporánea", ha explicado la arquitecta. Desde ayer, y hasta el domingo, este proyecto ha transformado distintos aspectos de la ciudad para crear, por ejemplo, en el patio del Museo de La Rioja una ciudad para gatos.

La participación de Ozaeta se enmarca en el Centro de Día para Niños, que forma parte de la exposición Architectus Omnibus, de Concéntrico, en el Museo Wurth.

Se trata del primer edificio, de un total de cuatro, en la ciudad alemana de Selb. Forma parte de una estrategia global urbana que tiene por objetivo reactivar el centro de la ciudad.

El centro aloja una programa autogestionado por asociaciones de madres con el fin de cuidar a niños fuera del horario escolar, para conciliar la vida laboral y familiar, reforzando la economía local y evitando la fuga de población.

La base del proyecto se basa en "inyectar en un entorno enfermo, un centro urbano menguante" que ha perdido población unos edificios que capten a la población más joven.

Para eso se da respuesta a los más pequeños, con el centro de día, y se completa con un centro de adolescentes y pisos de alquiler para jóvenes, con el objetivo de "atraer e integrar a la población joven y regenerar el entorno urbano".

Se trata de "inyectar sangre al sistema" utilizando, para ello, la arquitectura. Pero, además, se diseñó con un "diálogo con los frentes urbanos de la ciudad", futuros usuarios, programando la estructura a través de bandas que se iban sumando, como un puzzle.

Además, se utilizaron materiales locales, pero en colores vivos. Además, dentro de este "diálogo" los arquitectos conocieron que las madres que iban a usar el centro día daban a los colores un uso pedagógico, por lo que decidieron basarse en los mismos.

El Centro de Niños ganó el Premio Internacional Bauwelt y la Bienal de Urbanismo BEAU 2013. La revista AJ (Arquitects Journal) le da el premio 2014 de Mujeres en Arquitectura.

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