Córdoba, 29 may.- El sombrero cordobés, que se diferencia del andaluz por el tamaño y la forma de su copa y se realiza a partir de pelo de conejo o libre, es una creación artesanal que se vende no solo en España sino también en el extranjero.
Una vez tomada la media al cliente, el artesano comienza a dar forma con las dimensiones fijadas para, una vez colocado un molde, aplicar "vapor para ablandar antes de comenzar a planchar", según explica a Efestilo Mario Roldán, propietario de la centenaria sombrerería Rusi de Córdoba.
La confección de un sombrero cordobés artesanal y a medida requiere de "dos días de trabajo ininterrumpido" pues todo se hace a mano "hasta las costuras", explica Roldán.
El tamaño y forma de la copa del sombrero cordobés es lo que le diferencia del andaluz, pues adquiere una forma "en cono" y se realiza a partir de la recopilación de pelo de conejo o libre que, reunida con una laca de almendro adquiere dureza para ser tratada.
Roldán, en cuya sombrerería trabajan cuatro generaciones de la misma familia, indica que este complemento se demanda hoy en día para "romerías, ferias o nuevos aficionados al mundo de la doma vaquera".
Aunque al crisis se nota, no lo hace tanto como en otros sectores pues "en los últimos tiempos" van quedando cada vez menos artesanos del sombrero cordobés, indica Roldán, cuya tienda ha cumplido ya 110 años.
Además, durante la primavera "aumenta la demanda" de encargos y que a lo largo del año la clientela también acude para los tratamientos de mantenimiento del sombrero, pues al estar hecho de pelo "su cuidado debe ser adecuado" para que se mantenga en buenas condiciones.
El sombrero asegura que hasta su establecimiento han llegado sombreros "con más de setenta años en perfectas condiciones". EFE
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