Audiard y Marion Cotillard llevan la dureza, la emoción y la belleza a Cannes

  • El realizador Jacques Audiard y la actriz Marion Cotillard emocionaron y pusieron el tono serio en Cannes con un drama, por momentos demasiado lleno de historias paralelas, pero rodado con maestría, de forma muy realista y sin condescendencia alguna por los problemas de los personajes.

Alicia García de Francisco

Cannes (Francia), 17 may.- El realizador Jacques Audiard y la actriz Marion Cotillard emocionaron y pusieron el tono serio en Cannes con un drama, por momentos demasiado lleno de historias paralelas, pero rodado con maestría, de forma muy realista y sin condescendencia alguna por los problemas de los personajes.

"De rouille et d'os" es una dura historia que emocionó a la actriz cuando leyó el guion pese a no comprender realmente a su personaje, Stéphanie, una entrenadora de orcas que conoce una noche a Ali, un exboxeador perdido que debe hacerse cargo de su hijo de 5 años.

"Cuando leí el guion me sentí conmocionada por la historia", explicó hoy Cotillard en rueda de prensa en Cannes para presentar una película que forma parte de la sección oficial y que ha cambiado el tono del festival tras la comedia con la que ayer Wes Anderson abrió el festival.

"Normalmente tengo una comprensión inmediata del personaje al leer un guion (....). Pero en este caso, tras leer el guion, no sabía quién era Stéphanie".

La actriz le preguntó a Audiard, que tampoco sabía quién era Stéphanie y "esa perspectiva de partir juntos al encuentro de ese personaje" fue lo que más le interesó.

Un personaje que cambia mucho a lo largo de la película. De ser una mujer segura de sí misma, bella y con éxito pasa a ser una minusválida tras sufrir la amputación de las dos piernas y tener que readaptarse a su nueva vida.

Una historia basada en relatos del canadiense Craig Davidson, caracterizados por un universo de personajes desclasados, en medio del cual Audiard y Thomas Bidegain decidieron poner una historia de amor.

"Tras mi película anterior ('Un profeta'), que se desarrollaba en una cárcel, sin luz, en espacios confinados, sin mujeres...teníamos ganas de ver una historia de amor, de espacios, de luz...", explicó el director.

De ahí que la historia, sombría por su contenido, se desarrolle en Cannes, un lugar lleno de luz que Audiard capta de manera magistral con una cámara digital, casi siempre en mano, con la que ha logrado unos bellísimos planos que contrastan con la dureza de la historia en la que se ven envueltos los protagonistas.

Personajes en tiempos de crisis en una historia en la que los elementos principales son los sentimientos y la violencia.

Pero que no están tan lejos de la gente corriente, señaló Cotillard, que consideró que la historia entra "en la desgraciada normalidad de mucha gente", de personas que tienen pruebas a superar y que lo hacen lo mejor que pueden.

Y para poner en marcha el filme, Audiard tuvo muy claro que quería contar con Cotillard. "Cuando acabamos el guion pensé de forma natural en Marion, quería trabajar con ella desde hace tiempo".

"Marion es una actriz muy viril y muy sensible al mismo tiempo, que es capaz de pasar al otro lado del muro, no hay muchos actores con esa particularidad", según Audiard.

Para encontrar al intérprete de Ali, el proceso fue mucho más complicado. Hicieron audiciones en gimnasios y clubes de boxeo para finalmente descubrir a Matthias Schoenaerts en una película y ver en él al perfecto actor para un papel tan físico.

Schoenaerts bromeó con esa parte física de su personaje -"la semana pasada me llamaron para rodar 'Rambo 34'", dijo- y resaltó la dificultad inicial de trabajar con Cotillard, pues le intimidaba.

"La primera vez que la vi -recordó el actor-, antes del ensayo, estaba en su silla de ruedas con la cabeza ladeada, como tirada y pensé que estaba cerrada en sí misma y que sería difícil trabajar con ella, pero lo que estaba era metida totalmente en el universo de Stéphanie".

Un universo complicado, el de una mujer a la que le cambia totalmente su vida y le resulta imposible recorrer ese camino con las personas que formaban parte de su existencia anterior.

Stéphanie pasa de cuidar orcas a observar combates ilegales, unas escenas muy violentas en las que el director ha querido huir de lo escabroso.

"A partir del momento en el que el personaje femenino ve los combates callejeros, la historia abandona cualquier toque 'gore'", explicó Audiard, que se preguntó si la mirada de Stephanie sobre Ali cuando está boxeando es de admiración por su valor. "Yo creo que no", agregó.

Pero si algo tienen en común todos los participantes en esta película, es que se lanzaron de lleno a una historia complicada, por una necesidad de conocer lo que hay detrás de los personajes.

"Lo importante para un actor es el talento, la capacidad de trabajo, pero sobre todo, la necesidad, el deseo de explorar", dijo la actriz oscarizada por "La vie en rose".

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