Bartoli y León al rescate de A.Steffani, músico, obispo y "espía vaticano"

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 27 sep.- La "diva" Cecilia Bartoli y la súperventas de novela negra Dona Leon se han conjurado para escribir la partitura -"Mission"- y el libreto -"Las joyas del paraíso"- de la apasionante "recuperación" del compositor, obispo y "espía honesto" del Vaticano Agostino Steffani, muerto hace casi 300 años.

Bartoli es mezzosoprano, la más famosa del mundo, la única capaz de vender diez millones de discos con trabajos no de "crossover" sino dedicados a Verdi, Salieri o Gluck o a los castrati, y Leon es una de las autoras de novela negra más leídas -traducida a 23 lenguas-, aparte de ser una melómana "de campeonato" que promueve a un conjunto barroco.

Ambas han presentado esta tarde en rueda de prensa en Madrid un proyecto que inició Bartoli "hace años" y en el que embarcó "de forma natural" a la creadora del comisario Brunetti, una estadounidense que roza los 70 años, que vive desde hace 31 en Venecia y que se empeña en que sus relatos no sean traducidos al italiano para que la dejen "vivir en paz".

"Nos hemos conocido en el mundo musical. Solo hablábamos de nuestro gran amor por Haendel. Cuando descubro la música de Steffani (Castelfranco Veneto, 1654-Fráncfort, 1728) se lo digo a Donna y le sugiero que la historia de este hombre podría ser interesante para uno de sus libros. Todo ha surgido de una forma muy natural", ha subrayado Bartoli (Roma, 1966).

"Todo" es el disco "Mission" (Decca), 25 "piezas maravillosas" de Steffani, cuatro de ellas a dúo con el contratenor Philippe Jaroussky, y la novela de misterio "Las joyas del paraíso" (Seix Barral/Edicions 62), en la que una musicóloga debe investigar en el contenido de unos baúles de Steffani que se disputan sus supuestos herederos.

Steffani es un personaje "curiosísimo" del que se sabe muy poco aunque todo es "jugoso": había sido cantor, probablemente un castrato, y después compositor operístico de éxito en Alemania, diplomático para la Santa Sede, obispo titular, nuncio apostólico en la Corte protestante del Norte, e incluso espía y urdidor de matrimonios reales.

"La" Bartoli, tan diva -cinco Grammy la arropan-, como estudiosa, cree que Steffani es un genio, que anticipa a Haendel y que supone el puente entre él y Monteverdi.

"El proyecto nació hace unos años, cuando estaba preparando 'Opera proibita', sobre compositores que habían escrito oratori para castrati como Steffani. Tenía mucha curiosidad porque me preguntaba cómo era posible que un compositor de unos duetti así sólo hubiera escrito eso", ha detallado la cantante.

Inició una investigación y encontró copias de sus óperas en la Ancient Academy of Music de Londres y en la Biblioteca Nacional de Viena y descubrió "algo muy sorprendente": que estaba frente a un "pre haendel" o a un "pre bach".

Le produjo "una alegría inmensa" recuperar una música "tan fabulosa", que describe como "espiritual sin ser necesariamente sacra", "dulce, virtuosa, cósmica, trascendental y de una gravedad inexplicable".

"Que Cecilia me dijera que había descubierto a un compositor que podía ser o no un sacerdote, un castrato, un diplomático y quizá espía, y, en suma, un genio de la música tan misterioso, fue lo mismo que si a un perro le escondes en una mano un trozo de carne muy apetitoso. Te lo quieres comer", ha comparado Leon para explicar por qué quiso "aparcar" a Brunetti y embarcarse en esta historia.

Leyó sus cartas y le pareció que sería una buena idea ahondar en una vida "paradójica" y de grandes contrastes.

Juntas recuperaron partituras de 16 óperas -"Marco Aurelio", que se conserva en el Palacio de Buckingham, fue la primera, pero también son conocidas "Tassilone", "Enrico Leone" y "Niobe, reina de Tebas"- o de su "bellisimo "Stabat mater" por no hablar de sus duetos.

Steffani, sostiene Bartoli, "era un buen hombre, un espía honesto del Vaticano, porque pasó una buena parte de su vida en la Alemania protestante siendo católico", pero el Vaticano, donde en realidad se hallaron, en 1995, los dos baúles con todos sus materiales y no en Venecia, como propone en su novela Leon, no le ha permitido indagar en sus archivos.

La escritora ha insistido en que no ha querido escribir una "novela histórica", "de capa y espada", sino "traer a 2012" el misterio de su vida desentrañado por una musicóloga.

En la portada del disco Bartoli aparece como un sacerdote, con una calva postiza mientras sostiene un crucifijo y en el librillo que lo acompaña, "al estilo" de Dann Brown y el "Código Da Vinci", hay varias imágenes de ella "conspirando" con un papa y hasta "disfrazada" de cantante, ha bromeado.

"¿Por qué una cantante lírica no puede tener sentido del humor?. Pero es que, además, de las tres imágenes que hemos encontrado de él ninguna ofrece veracidad alguna. Nos ha divertido imaginarlo en un viaje con un poco de humor", ha detallado.

A Bartoli le da "mucha pena" que en el disco, cuya música interpretará en dos conciertos en España en diciembre, "solo quepan" 80 minutos de música, porque la obra de Steffani, dice, está "llena de pasión, emoción y color". "Un auténtico genio", añade Leon.

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