El Museo González Santana de Olivenza expone una calculadora de bolsillo del siglo pasado como pieza del mes de agosto

El Museo González Santana de Olivenza expone una calculadora de bolsillo del siglo pasado como pieza del mes de agosto
El Museo González Santana de Olivenza expone una calculadora de bolsillo del siglo pasado como pieza del mes de agosto
EUROPA PRESS
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Esta calculadora de bolsillo, también llamada contóstilo o aritmógrafo, es una máquina manual, marca Exacta, de fabricación alemana, que permite realizar sumas, restas, multiplicaciones y divisiones, y que fue donada al museo por José Ramón Garrido en 1996.

La caja metálica alberga siete regletas, también metálicas, y el cálculo se realiza moviendo dichas regletas interiores con el punzón para seleccionar las cifras, según ha informado el Museo González Santana en nota de prensa.

Cada una de ellas representa, de derecha a izquierda, las unidades, decenas, centenas, y asi sucesivamente, y los números se seleccionan de uno en uno introduciendo el punzón en la muesca correspondiente, a la vez que el resultado de la operación se visualiza en los ocho círculos perforados en la parte central.

La puesta a cero se hace empujando con la mano las regletas que asoman por la parte inferior hasta ocultarlas en la máquina. Esta pieza comenzó a producirse en 1920 y siguió hasta 1970 aproximadamente, por lo que "es difícil conocer la fecha exacta de fabricación de cada una, ya que no llevan número de serie".

HASTA LLEGAR A LA CALCULADORA

El hombre, al lograr la postura erguida y quedar las manos libres, ganó "un valioso instrumento", que le ayudó a evolucionar, ya que la mano no sólo le sirvió para fabricar objetos, sino como medio instrumental para representar números y realizar cálculos con los dedos.

Otro sistema prehistórico era el de los guijarros que consistía en asociar uno con lo que se quería contar, pero al comprobar que para "contar cantidades muy grandes, necesitaban muchísimos, usaron la base diez, o sea, sustituyendo diez guijarros pequeños por uno más grande", lo mismo para centenas con uno aún más grande e igualmente para los millares.

Desde entonces hasta el cálculo electrónico la operación de contar se ha realizado con "multitud de objetos e inventos", como el ábaco en sus diferentes modalidades o la primera máquina de calcular mecánica de Leonardo da Vinci (1493).

También existieron la máquina de Schickard (1623), 'La Pascalina', de Blaise Pascal (1642), primera máquina de sumar mecánica, perfeccionada por la de Leibnitz en 1694, que podía sumar, restar, multiplicar y dividir, o el aritmómetro de Thomas (1820), primera máquina de calcular comercializada a gran escala.

Hasta 1961, año en que se construyó la primera máquina de calcular electrónica para oficinas, llamada 'Anita', se sucedieron "un gran número de aparatos de cálculo".

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