Alaska compartirá sala con Frankenstein en el Museo de Cera de Madrid

  • Podría haber elegido la sala de cantantes, la de estrellas de la televisión o la de actriz de cine, pero Olvido Gara, más conocida como Alaska, ha pedido al Museo de Cera de Madrid compartir espacio con sus mitos favoritos del terror, donde se ha tomado hoy las medidas para tener su propia figura.

Madrid, 4 dic.- Podría haber elegido la sala de cantantes, la de estrellas de la televisión o la de actriz de cine, pero Olvido Gara, más conocida como Alaska, ha pedido al Museo de Cera de Madrid compartir espacio con sus mitos favoritos del terror, donde se ha tomado hoy las medidas para tener su propia figura.

Vinculada a la familia Monster, aseguraba en una canción que su novio era un zombie, y por eso, la figura de cera de Alaska lucirá a partir de la próxima primavera agarrada a la barandilla que asoma al nicho de otro de sus monstruos favoritos: Frankenstein.

"Es mi género", ha reconocido quien hace exactamente un año estaba en este mismo lugar celebrando el 80 aniversario de la película de James Whale que inmortalizó en los rasgos de Boris Karloff el mito creado por Mary Shelley.

Con sus 160 centímetros, tacones incluidos, con su cintura estrecha, su cadera ancha y sus pechos generosos, Alaska ha elegido para ser inmortalizada el vestido de transparencias y lentejuelas que luce en la sesión de Mario Testino para VOGUE.

"Como todos los vestidos que me gustan, tengo dos. Pero lo he rasgado, porque me veía demasiado vedette. Ahora soy una vedette punk. Esto es lo que yo entiendo por un vestido de gala", ha dicho mientras el equipo del museo la medía palmo a palmo.

Es la segunda vez que le toman las medidas, pues, según ha confesado, hace 24 años intentaron recrearla en figura de cera en este mismo museo, pero el proyecto se truncó.

"Tirad esas medidas, que estas son las buenas", ha dicho entre bromas la cantante, superviviente de la movida madrileña curtida en corrillos tertulianos y "realities" televisivos junto a su marido, Mario Vaquerizo.

Ahora en solitario, sin esposo ni "pegamoides" ni "dinaramas", está dispuesta a formar parte de un lugar que entró en sí mismo en los anales de lo terrorífico gracias a la película de André de Toth "Los crímenes del museo de cera".

"No entraría sola, aunque tampoco sé por qué pensamos que acompañados estamos más seguros, porque es cuestión de que vayamos cayendo uno a uno. Pero el caso es que sí que tiene algo de terror el museo de cera. De día te lo pasas bien con tus amigos, pero de noche me impone mucho respeto", ha concluido.

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