Valencia rescata a Antonio Cortina, el pintor olvidado que admiraba Sorolla

  • El Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia ha reunido en una exposición 37 pinturas de Antonio Cortina (1841-1890), un autor al que Joaquín Sorolla catalogó como "una de las más sólidas glorias valencianas" y que, pese a gozar de gran consideración entre sus coetáneos, su obra cayó en el olvido.

Valencia, 17 sep.- El Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia ha reunido en una exposición 37 pinturas de Antonio Cortina (1841-1890), un autor al que Joaquín Sorolla catalogó como "una de las más sólidas glorias valencianas" y que, pese a gozar de gran consideración entre sus coetáneos, su obra cayó en el olvido.

La directora del Museo de Bellas Artes de Valencia, Paz Olmos, ha presentado hoy la exposición acompañada por la comisaria de la muestra, Elvira Mas, y la biznieta del artista Francisca Cortina.

Con esta exposición el Consorcio de Museos recupera la obra de un pintor poco conocido en la actualidad y sin embargo admirado por compañeros de profesión como Sorolla, Ignacio Pinazo y Emilio Sala, al que consideraron maestro y regenerador de la escuela valenciana.

La exposición muestra veintiocho óleos y nueve dibujos e incluye siete piezas propiedad del Museo de Bellas Artes que han sido expresamente restauradas para la ocasión.

En la muestra destacan el dibujo "Cabeza de El Salvador", boceto para la desaparecida iglesia de San Bartolomé y "El descanso de la modelo", con la que la obra de Cortina alcanzó el máximo reconocimiento (aunque un año después de su fallecimiento) y que se expone por primera vez lejos del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Al mismo tiempo se exhiben otras piezas cedidas por museos e instituciones españolas como el Museo Lladró o el Museo Sorolla, así como de diversas entidades públicas y privadas.

Olmos ha expresado su satisfacción por dar a conocer al público "una figura clave para el desarrollo del arte valenciano" en una exposición que ha motivado asimismo seguir recuperando los fondos de pintura del siglo XIX que conserva el San Pío V, la segunda pinacoteca de España tras el Prado.

Por su parte, la comisaria Elvira Mas ha señalado que con esta muestra se pretende que la figura de Antonio Cortina "vuelva a ocupar el lugar del que nunca debió ser desplazado y que al abandonar la exposición, el visitante no piense como el crítico de arte Jacinto Octavio Picón, cuando en su momento dijo que no apreciaba a Cortina porque no le conocía".

La exposición permite descubrir a un pintor con una gran maestría para la figura y muestra de ello son los dos techos realizados para el hogar del fotógrafo Antonio García, suegro de Sorolla, ubicados en el Ateneo Mercantil de Valencia.

Los problemas que planteaba su exhibición, así como la de otras obras también de gran formato, entre las que se encuentran las alegorías de "Las Bellas Artes", "La Felicidad" y "Las cuatro estaciones", se han subsanado mediante la fotografía.

Esta técnica también se ha usado para mostrar las decoraciones religiosas que aún persisten en las iglesias de Almássera, su localidad natal, la Beneficencia de Valencia y el templo de San Roque, en Oliva.

La biznieta del artista ha reconocido que posiblemente fue el talante bohemio de Cortina, así como sus firmes convicciones republicanas, lo que hicieron, en gran medida, que su obra cayese en el olvido o fuese atribuida a otros autores, como el mismo Sorolla o Madrazo.

También ha relatado a los periodistas algunas historias sobre su bisabuelo, especialmente su fallecimiento "folletinesco" en un hostal de Madrid en 1890, donde se hospedaba con dos mujeres.

"La autopsia certificó una muerte natural, quizá por agotamiento", ha apuntado la comisaria de la exposición, aunque la biznieta del artista ha agregado que en la familia se sospechó de un posible asesinato, que nunca se demostró, por algunas marcas que presentaba el cadáver y porque parte de sus pertenencias fue robada.

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