Bilbao muestra la polifacética obra de Basterretxea, abstracta y vanguardista

  • El museo de Bellas Artes de Bilbao ha inaugurado hoy una exposición antológica con 240 obras de Néstor Basterretxea, en la que se puede admirar la obra polifacética de un artista conocido por sus esculturas, pero que ha sido multidisciplinar y siempre abstracto y vanguardista.

Bilbao, 25 feb.- El museo de Bellas Artes de Bilbao ha inaugurado hoy una exposición antológica con 240 obras de Néstor Basterretxea, en la que se puede admirar la obra polifacética de un artista conocido por sus esculturas, pero que ha sido multidisciplinar y siempre abstracto y vanguardista.

Basterretxea (Bermeo, 1924), coetáneo de los dos grandes, Jorge Oteiza y Eduardo Chillida, ha sido con ellos el renovador de la escultura vasca, con obras densas en madera y acero.

La trayectoria del autor tiene tres hitos: las pinturas de la basílica de Arantzazu (Gipuzkoa), que obviamente no están en la exposición, aunque sí varios bocetos; las esculturas públicas -repartidas por todo el País Vasco, como la que preside el Parlamento Vasco- y la serie "Cosmogónica vasca", donada al museo en el 2008 y que es la base de la muestra abierta hoy.

"Cosmogónica" se compone de 18 esculturas en madera basadas en los personajes mitológicos de la cultura vasca, realizadas entre 1972 y 1975 en un antropomorfismo ambiguo.

Otra de las series clásicas de esculturas que se pueden contemplar es "Meridiano", de forma discoidal, en hierro pintado. "Oteiza llegó al vacío, yo llegué al círculo", ha definido Basterretxea.

Entre las esculturas poco conocidas expuestas, las policromadas basadas en la América precolombina, de tamaño medio y marcada frontalidad, que recrean a los dioses prehispánicos.

Pero la gran virtud de la exposición es sacar a la luz la obra polifacética de un Basterretxea que ha hecho arte de todo tipo a lo largo de sus 88 años: diseño industrial, muebles, películas y hasta proyectos de arquitectura no realizados nunca, a su pesar, ya que él lo que quería era ser arquitecto.

Diseñó un museo de la ciencia para la fallida central nuclear de Lemóniz e incluso rascacielos, que nunca vieron la luz y cuyos bocetos se pueden conocer en la muestra.

De hecho, el primer trabajo de Basterretxea fue como dibujante publicitario en Argentina para Nestlé. Luego ya empezó a dedicarse a la pintura.

Su primera influencia fue Gutiérrez Solana -pintor de la España sórdida del 98- y sus cuadros oscuros; después se pasó al color, cuando se fijó en el muralismo mexicano, y de vuelta a España formó parte del "Equipo 57"; varias de sus obras de esa época de los 50, como "Itinerario vertical" o "Composiciones desde el cubo" -de inspiración cubista- se pueden contemplar en la muestra.

También se pueden ver obras del momento del paso del plano al espacio, de la pintura a la escultura, como las que expuso en la sala Neblí en 1960. Basterretxea experimenta en ellas con la tercera dimensión a través de relieves en mármol y pizarra, con rayaduras e incisiones.

La muestra incluye también numerosos fotomontajes, carteles, muebles que diseñó para la empresa madrileña H Muebles y hasta una alfombra.

Capítulo aparte merece su faceta de cineasta; sus películas se podrán contemplar en una sala del museo de forma paralela a la exposición.

Su único largometraje y su película más conocida es "Ama Lur" (1968), sobre la cultura vasca, y también se podrán ver sus cortometrajes, como "Pelotari", el experimental "Operación H" y la serie realizada para la televisión vasca en 1988 "Hombres de maíz", ocho capítulos sobre esculturas precolombinas que hoy están olvidados.

Es una retrospectiva de un artista que confiesa a Efe, a sus 88 años, que sigue inquieto: "Estoy haciendo unos dibujos monocromos, de ritmos abstractos, pero después me traiciono, los recorto y es un monte, o son paisajes; si yo no pusiera el término paisajes nadie diría que son paisajes, pero sí, ahí sigo, en la abstracción".

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