La inesperada (pero ansiada) boda de Carlota de Mónaco, la princesa más bella

  • La hija de Carolina de Mónaco dejará la soltería este fin de semana tras una intensa vida sentimental que ha acaparado portadas.
Carlota
Carlota

Nos enterábamos casi sin tiempo de reacción de la boda real más destacada del año. La revista 'Hola' se encargaba el miércoles de desvelar que Carlota Casiraghi, la hija de la princesa Carolina de Mónaco, se casa este sábado 1 de junio con su novio desde hace más de dos años, Dimitri Rassam, productor de cine francés hijo de la mítica actriz Carole Bouquet y el productor Jean Pierre Rassam, que falleció cuando él tenía cuatro años. Un matrimonio que esperábamos pero no para ya, sobre todo porque estaba programado para el pasado verano pero a última hora fue suspendido.

Si bien por fin se llevará a cabo este fin de semana, en un evento que paralizará el pequeño pero acaudalado principado, en el que el amor normalmente torna en culebrón. Casi todos los miembros de la familia Grimaldi tienen una intensa vida sentimental, y Carlota no ha sido menos, aunque siempre se ha mantenido igual de discreta que su madre, Carolina, de la que es prácticamente un calco.

Carlota es hija de Stéfano Casiraghi, el segundo marido de Carolina y su gran amor, el cual falleció de forma trágica cuando ella tenía tan solo tres años mientras competía con una moto acuática. Por lo tanto, la joven, que tiene ahora 32 años, apenas pudo conocerlo. Cuando esto sucedió, Carolina se refugió en la Provenza francesa con sus tres hijos -Carlota, Andrea y Pierre- unos años para sobrellevar el luto, y en el 1992 volvieron a Mónaco. Así, estudió en los colegios más prestigiosos, como y después se graduó en Filosofía en la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne, ciudad a la que se trasladó muy joven y donde reside hoy en día.

Si bien Carlota nunca ha ejercido como tal, pues su verdadera pasión desde muy pequeña es la moda. Su gran belleza y su glamour le convirtieron muy pronto en el centro de atención de la familia, acaparando gran parte del protagonismo. Así enseguida llamó la atención de las grandes marcas de moda del planeta. Primero, por la buena relación que tiene su madre con muchas de ellas -sobre todo con Chanel, pues era íntima del fallecido Karl Lagerfeld-, y, segundo, porque su planta le hacían parecer una modelo. De hecho, lo ha sido.

Durante varios años, Carlota fue imagen de la firma Gucci, para la que protagonizó diversos editoriales de moda. Así, fue una pionera, pues a día de hoy muchas jóvenes princesas alternan su vida aristocrática con la moda, como Olympia de Grecia o lady Kitty Spencer, la sobrina de Lady Di. Ella fue la primera en la que confiaron las grandes firmas y a día de hoy sigue siendo un gran reclamo, y sin necesidad de Instagram ni redes sociales. La princesa de Mónaco es de las pocas que no tiene cuentas en redes, a diferencia de sus primas, las hijas de la princesa Estefanía. Si bien eso no impide que sea invitada al 'front row' de numerosos desfiles en París.

La hípica es su otra gran pasión, donde lleva compitiendo desde muy pequeña. De hecho, lo ha llegado a compaginar con la moda, pues Gucci también ha sido su patrocinador en este terreno y le ha equipado en exclusiva para sus torneos, con trajes y complementos a medida. Además, llegó a publicar su propia revista de moda, llamada Ever Manifiesto, la cual distribuía en las semanas de la moda para concienciar sobre el consumismo desaforado, todo con el apoyo de su amiga la diseñadora Stella McCartney, la que ha revolucionado la industria al ser la primera en apostar por la sostenibilidad.

Carlota de Mónaco
Carlota como imagen de Gucci

Vida amorosa intensa y documentada

Evidentemente, al ser un personaje de la realeza, su vida sentimental siempre ha provocado mucho interés, aunque ella ha intentado ser lo más discreta posible. A sus 32 años pasará por la vicaría con Dimitri, de 37, padre de su hijo Balthazar y el hombre con el que ha compartido su vida en estos dos últimos años. Si bien antes ha tenido otras parejas.

Su primer novio conocido -estuvo antes con varios aristócratas de adolescente- fue Alex Delall, hijo del multimillonario británico de origen iraní Guy Dellal y de la es modelo brasileña de los setenta Andrea de Magalhaes Viera. Su hermana Alice, que es modelo también, es íntima de Carlota, y se conocieron gracias a ella. Con él estuvo desde 2007 hasta 2011 y se llegó a pesar que habría boda, pues su relación estaba muy asentada y Alex era parte de los Grimaldi. De hecho, hoy lo sigue siendo por la amistad que mantiene con ellos.

Pero la gran sorpresa la dio al poco tiempo, cuando empezó a salir con el actor marroquí Gad Elmaleh, 15 años mayor que ella y protagonista de polémicos monólogos de humor en Francia, país en el que reside desde pequeño. La relación fue objetivo de los medios desde el principio y la prensa les perseguía por donde fueran. Aunque se pensaba que sería flor de pocos días, en 2013 nació su hijo Raphael, lo que hizo pensar que una boda estaba próxima. Aunque al principio la relación no cayó muy bien en Mónaco, finalmente los Grimaldi acogieron a Gad como uno más y empezó a participar en los eventos familiares, como el famoso Baile de la Rosa.

Carlota de Mónaco
Carlota y Gad Elmaleh en el Baile de la Rosa

Pero cuando todo parecía ir sobre ruedas, Carlota de nuevo cambió el guión. En 2015 rompió con el intérprete y empezó a salir con el director de cine italiano Lamberto Sanfelice, con el que le pillaron los paparazzi besándose por las calles de Roma. Pero tampoco le duró mucho el amor con este cineasta de origen noble, porque en 2017 lo dejaron. Y es ahí cuando regresó a su vida Dimitri Rassam.

Porque el productor es un amigo de la familia de toda la vida, pues su madre, Carole Bouquet, es íntima de Carolina, por lo que ambos se conocen desde que eran pequeños. Por ello, su noviazgo ha ido rodado, aunque la cancelación de su boda el año pasado hizo correr rumores de ruptura. Nada más lejos de la realidad, porque todo se debía al embarazo de la princesa, que dio a luz a su segundo hijo en octubre de 2018. Por lo tanto, ahora es cuando la pareja pasará por el altar.

Lo que se ha dado a conocer es que el enlace se celebrará en los salones de Estado del palacio de los Grimaldi en Mónaco, el mismo lugar donde se casaron el príncipe Rainiero y Grace Kelly, sus abuelos, su madre y su padre, y sus hermanos. Se espera que sea antes del mediodía y que la pareja difunda una fotografía oficial, la cual estamos deseando ver porque será la primera vez que Carlota se vestirá de novia, la imagen más esperada de los últimos años.

Se espera que la celebración transcurra en palacio y no habrá presencia de casas reales internacionales, pues es una boda de perfil bajo y, sobre todo, íntima. Estará la familia real de Mónaco al completo y probablemente algunos de los mejores amigos. Además, también se especula con que aprovecharán para bautizar al pequeño Balthazar, de siete meses. Por lo tanto, puede ser un día muy completo en el principado.

En resumen, será una boda muy alejada de lo que esperábamos para Carlota, la princesa más admirada de los últimos años. El deseo de muchos era un festejo por todo lo alto con ella vistiendo un impresionante diseño -que a buen seguro llevará y puede que esté firmado por Chanel o Gucci, sus casas fetiche, aunque no se descarta Yves Saint Laurent- y recorriendo las calles de Mónaco. Pero las cosas han cambiado mucho y ahora los Grimaldi son más discretos a la hora de celebrar sus bodas y demás acontecimientos. De hecho, sus hermanos Andrea y Pierre optaron por la misma fórmula. Por lo tanto, tendremos que conformarnos con lo que ellos quieran que veamos.

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