Cuando mejor le iban las cosas, saltó el escándalo. Y eso que parecía que se había conseguido apartar por fin de él. Boris Johnson vive los peores momentos de su campaña para suceder a Theresa May como primer ministro de Reino Unido por sus problemas personales. La pasada semana, Scotland Yard tuvo que personarse en su domicilio por una fuerte pelea entre el político y su novia, Carrie Symonds.
Las autoridades fueron alertadas por un vecino, según 'The Guardian', el cual les habría llamado por los fuertes gritos y golpes que estaba escuchando en casa de la pareja. Aunque cuando llegó la Policía todo estaba ya calmado y no tuvo que intervernir, los vecinos señalaron que todo habría empezado porque Johnson derramó una copa de vino en el sofá y Symonds se lo habría recriminado.
Sea como fuere, el incidente saltó a la opinión pública, provocando el escándalo de los ciudadanos. El político no ha comentado nada al respecto en los debates que ha tenido en estos días, aunque ha sido inquirido por ello, pero ha preferido centrarse en su mensaje político y dejar de lado su vida personal, pero quiera o no, ésta podría tener mucho impacto en el devenir de su carrera.
Porque algunas encuestas ya dan a su rival por ser primer ministro, Jeremy Hunt, como ganador de las votaciones que tendrán lugar en un mes, algo que no había pasado antes en toda la campaña. Unos datos que indican que este escándalo privado puede tener un coste político. Ahora, la duda que recorre a la sociedad británica es la situación de Johnson con su novia, ¿siguen juntos?
Este pasado fin de semana las informaciones apuntaban a que la pareja había roto, pero este lunes, el 'Daily Mail' ha publicado en exclusiva las primeras imágenes de Boris y Carrie tras la supuesta pelea. La pareja estuvo pasando el fin de semana en el campo con unos amigos, los cuales asegurarían que siguen "muy enamorados".
De hecho, las fuentes de este medio señalan que el político tiene incluso pensando casarse con su novia en cuanto pueda, tan solo unos meses después de divorciarse de su segunda esposa, Marina Wheeler. La pareja se habría refugiado este fin de semana en el campo después de que su casa fuera tomada por un grupo de personas que decidieron acampar en la puerta y provocar algunos disturbios.
En las imágenes puede verse a Boris y Carrie paseando de la mano por el condado de Sussex. Según sus amigos, en estos días "se han dicho muchas tonterías sobre ellos" y la relación iría perfectamente, con planes de boda a la vista. El político estaría muy enamorado de su novia, con la que guarda una diferencia de edad de 25 años, algo que "es irrelevante para él".
Precisamente, Carrie es la mujer que está detrás del gran cambio que Boris Johnson ha dado en los últimos meses. El político ha adelgazado, ha rejuvenecido su look y ha relajado su discurso, mostrándose como un líder más moderado, observador y con ánimos de llegar a consensos en los frentes que ahora tiene abiertos el Reino Unido, con el Brexit como asunto capital. La joven es experta en comunicación política y ha estado al frente del gabinete de prensa de los 'tories' en el último año.
Así se conocieron y de donde surgió el amor, el cual llevó al político a romper su matrimonio. Según su ex, todo acabó por sus infidelidades, algo que también fue un escándalo en Londres. Ahora, la historia se repite y los problemas personales vuelven a aparecer en el horizonte político de Johnson, la diferencia es que es el peor momento para hacerlo.
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