Brenan y Caro Baroja, una amistad forjada a través del amor a los libros

  • José Luis Picón.

José Luis Picón.

Málaga, 30 oct.- Gerald Brenan y Julio Caro Baroja forjaron a partir de 1953 una amistad, primero epistolar y después personal, que tuvo su origen en el intenso amor que ambos profesaban a los libros y se fortaleció en la barriada malagueña de Churriana, donde el segundo compró una casa por mediación del hispanista.

Caro Baroja oyó hablar por primera vez de Brenan en 1949, cuando en un viaje por Andalucía para tomar notas y dibujos sobre la forma de vida y las costumbres de los pueblos españoles recaló en las Alpujarras granadinas, y un lugareño le contó que allí había vivido un inglés muy interesado por todo lo español, ha relatado hoy Carmen Caro, sobrina del antropólogo e historiador.

Cuatro años después, en 1953, comenzó la correspondencia entre ambos, que versó inicialmente sobre literatura por el interés de Brenan en Pío Baroja, y que Carmen Caro recopilaría en el libro "Una amistad andaluza" (2006).

Esas cartas continuaron durante dos años, sin que ambos se conocieran personalmente, ha explicado Caro, que ha ofrecido una conferencia en la Casa Gerald Brenan de Churriana, dentro de una jornada de homenaje a Caro Baroja, con motivo del centenario de su nacimiento el próximo 13 de noviembre.

Finalmente, se conocieron en Madrid, y Caro Baroja le confesó a Brenan su plan vital de pasar varios meses del año en Andalucía, aunque no pudo llevarlo a cabo en ese momento al estar cuidando a su tío, Pío Baroja, en sus últimos años de vida.

Tras la insistencia de Brenan en sus cartas, Caro Baroja visitó Churriana por primera vez en 1957, atraído por las explicaciones que le daba el hispanista de la extensa biblioteca de libros ingleses de antropología que tenía en su casa.

A Caro Baroja le "entusiasmó" el lugar, una casa típicamente andaluza con jardín y alberca desde la que se divisaba toda la bahía de Málaga, y le dijo a Brenan que también quería comprarse una casa en Churriana.

El hispanista le buscó una casa, llamada El Carambuco Bajo, que compró Caro Baroja, donde se trajo parte de su biblioteca y escribió desde entonces buena parte de sus libros, ha resaltado Carmen Caro.

Fue también en esta casa, que todavía conserva su familia, donde tras la muerte de Pío Baroja decidió escribir las memorias familiares, "Los Baroja", animado por el propio Brenan, que dijo textualmente que Caro Baroja tenía "una capacidad literaria contenida muy importante", ha señalado Carmen Caro.

También ha recordado hoy sus vivencias con Caro Baroja el poeta Luis Alberto de Cuenca, quien ha desvelado que le conoció en la madrileña Librería del Prado, y desde entonces comenzó a visitarlo en su casa de la calle Alfonso XII, donde mantenían "unas charlas interminables sobre libros, con esa manera suya de hablar tan barojiana, como mascullando entre dientes".

"Éramos dos enfermos de la bibliomanía. Yo le comentaba lo que había tratado últimamente, y él, como un pozo de ciencia, empezaba a darme bibliografía y discutíamos sobre dónde podríamos encontrarla. Eran conversaciones de bibliópatas", ha afirmado De Cuenca.

En aquellas charlas también surgió el nombre de Gerald Brenan, porque era "el culpable" de que Caro Baroja se hubiera comprado su casa de Churriana.

"Me despertó la curiosidad por la obra de Brenan la amistad que tenía con don Julio. Fue el itinerario contrario al de otras personas, que conocieron a Julio Caro Baroja a través de Brenan", ha añadido Luis Alberto de Cuenca.

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