Buika entusiasma al público en Nueva York con su fuerza y fusión flamenca

  • El concierto de la cantante española Buika en Nueva York hizo soñar y gozar hoy a un público que disfrutó de la fusión flamenca y de la alegría y fuerza de una cantante capaz de jugar con los ritmos para adaptarlos a su propio estilo.

Marta Jiménez Gentil

Nueva York, 9 abr.- El concierto de la cantante española Buika en Nueva York hizo soñar y gozar hoy a un público que disfrutó de la fusión flamenca y de la alegría y fuerza de una cantante capaz de jugar con los ritmos para adaptarlos a su propio estilo.

En un ambiente íntimo y sobrio donde solo resaltaban unas flores blancas en un escenario oscuro, Buika despertó a un público que se puso de pie y aplaudió desaforado en varias ocasiones.

Con una camiseta blanca que contrastaba con el color de piel de la cantante y una larga falda de lentejuelas con una raja de infarto, Buika no paró de bailar durante las más de dos horas de recital a un ritmo que alternaba entre flamenco, copla y latino.

Fuera de sí, la falda negra subió en varias ocasiones hasta sus caderas a la vez que sus muslos tersos se movieron frenéticos al son de la música mientras el público disfrutaba de su descuidada y desgarrada voz con canciones tan características de ella como "Mi Niña Lola".

La artista cantó en el Town Hall a cientos de espectadores, aunque a veces parecía que sólo disfrutaba, feliz, de una reunión de amigos cercanos con los que había quedado para disfrutar, cantar y charlar.

"A veces me siento pequeña en frente de mis hijos y me enfado porque no sé cómo debo actuar", confesó Buika a los atentos espectadores que complacidos pudieron disfrutar de la espontánea Buika.

"Te queremos, negra", "preciosa", "te adoro", "olé", gritó el público, mayoritariamente hispano, a la artista.

El timbre y el estilo propio de la vocalista mallorquina de origen guineano consiguieron así entusiasmar al público que también cantó efusivo sus canciones, la mayoría de ellas en español.

"Quiero mostrar que no importa de donde venga un músico para entenderle. Da igual donde cante- en Turquía, Japón, Francia o EEUU- hay algo en el ambiente que me demuestra que sean de donde sean entienden lo que les digo", había dicho Buika al promocionar su último disco, y esta noche lo volvió a demostrar en Nueva York..

En la huida de estilos musicales puros, Buika consiguió traspasar fronteras y por primera vez en toda su carrera musical se atrevió a dar un concierto sin piano e incluso a cantar a capela algunas canciones como con la que decidió cerrar el concierto, "Ojos verdes".

Así la voz de la mallorquina sólo fue acompañada por el guitarrista armenio Vahagni Turgutyan, que estudió clases de guitarra flamenca en España; el bajista Miguel Yadam González, más conocido como Yadam, y su percusionista de toda la vida, Ramón Porriño.

La canción estrella del nuevo álbum, "La nave del olvido", nominada al premio Grammy de el grabación del año, fue una de las últimas canciones que cantó y de las pocas que lograron poner en pie a los espectadores.

A pesar de que "La nave del olvido" fue originalmente compuesta por el argentino Dino Ramos, y se hizo famosa gracias al cantante José José, Buika con su arrolladora personalidad y su sonrisa constante hizo suya la canción en el escenario que nada tuvo que ver con las anteriores versiones.

Además, la afrolatina también cantó canciones de su antiguo álbum "El último trago", un atributo a la difunta cantante mexicana Chavela Vargas, a la que la cantante se refirió en el concierto como "su mamá".

Tal y como explicó la misma Buika, las giras alrededor del mundo le están dando la confianza e identidad que no había conseguido tener en décadas y eso se refleja en sus conciertos.

"Mis padres habían nacido en un lugar (Guinea Ecuatorial) y yo nací en otro (Palma de Mallorca). Cuando crecí en España mucha gente me decía que yo no era de allí y mi familia me decía que yo no era de África, era un poco complicado para mí", subrayó la cantante al explicar la multiculturalidad que caracteriza su música, capaz de combinar ritmos y estilos musicales totalmente distintos entre sí.

"Yo misma soy de todo el mundo. Por eso, cuando canto trato de conseguir mi estilo libre", concluyó Buika.

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