La estadounidense Lindsay Vonn es la flamante Premio Princesa de Asturias del Deporte 2019, uno de los reconocimientos más importantes del mundo, uniéndose a nombres tan importantes como Juan Antonio Samaranch, Severiano Ballesteros, Strefi Graff, Ferando Alonso, Michael Schumacher o Rafael Nadal. La esquiadora de 34 años ha ganado prácticamente todo en su carrera y este reconocimiento viene a poner la guinda a una trayectoria deportiva de ensueño que terminó hace unos meses.
Pero, además de haber ganado medallas olímpicas, campeonatos del Mundo y diferentes competiciones de esquí alpino, Lindsey es mucho más que una deportista, pues su figura ha trascendido de esta disciplina y quiere dejar huella en otros ámbitos.
Lindsey nació hace 34 años en Saint Paul, Estados Unidos, y comenzó muy pronto su carrera, debutando ya en los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City en 2002 con solo 17 años. Además de llamar la atención desde muy temprano por su talento, su físico tampoco pasó desapercibido. La joven, rubia de ojos azules, se convirtió en el centro de atención de la prensa y su vida personal también comenzó a aparecer en los medios.
Lindsey estuvo casada entre 2007 y 2013 con el expiloto de esquí alpino Thomas Vonn, quien fuera su entrenador y del que adoptó el apellido al contraer matrimonio, pues su apellido de nacimiento es Kildow. No obstante, su relación más mediática fue la que mantuvo con el golfista Tiger Woods, una vez que éste se divorció con toda la polémica de por medio.
Lindsey y Tiger estuvieron juntos entre 2013 y 2015, cuando parecía que el campeón había retomado la riendas de su vida tras sus problemas con el alcohol y la adicción al sexo. Era habitual verles juntos en los torneos de uno y otro, muchas veces acompañados por los hijos de Tiger. Para los medios eran la pareja perfecta y parecía que se entendían a las mil maravillas, pero en mayo de 2015 anunciaron su ruptura asegurando que sus carreras les empujaban a tomar esa decisión y que mantenían una buena amistad. No obstante, los rumores también apuntaron a nuevas infidelidades por parte del golfista.
Ahora, la esquiadora comparte su vida con la estrella de la liga de hockey sobre hielo americana P. K. Subban, uno de los mejores jugadores de la NHL que forma parte de Nashville Predators. Con él comparte numerosos momentos en sus redes sociales, animándolo en las pistas o de vacaciones en destinos paradisíacos o en los mejores restaurantes.
Precisamente, son las redes sociales algo que apasiona a Lindsey, que se vale de ellas para compartir muchos aspectos de su vida y de su profesión. En Instagram tiene 1,8 millones de seguidores, cifra que le ha valido para firmar contratos publicitarios con marcas como Colgate, de la que es embajadora. Pero, además, Lindsey también es 'youtuber'.
La esquiadora tiene un canal en la plataforma de Google desde hace unos meses y en él comparte muchos aspectos de su vida, desde sus rutinas de entrenamiento hasta sus trucos de belleza o repasa sus peores errores de moda, demostrando que también sabe reírse de sí misma. Lindsey ha visto que este canal tiene un gran potencial y que es la mejor forma de que sus seguidores le conozcan mejor y, también, de mostrar cómo es la vida de una deportista de élite.
Como decíamos, el impresionante físico de Lindsey le ha valido para que muchas firmas se fijen en ella. Así, acaba de protagonizar la famosa edición de Sports Illustrated de verano, en la que posa en bikini como una auténtica modelo. De hecho, ha colgado en sus redes el 'behind the scenes' -¿cómo se hizo?- de la sesión de fotos, en las que luce espectacular. Precisamente, ese es el vídeo más visto e su canal de YouTube, con más de 170.000 visualizaciones.
Pero aquí no queda la cosa, porque Lindsey es además una mujer comprometida con el futuro de las niñas, para lo que ha creado la Fundación Lindsey Vonn, con el objetivo de las pequeñas tengan recursos y medios para seguir estudiando y practicando deporte y lleguen a donde deseen. Así, recauda donaciones para poner en marcha cursos, campamentos e iniciativas para lograr que las niñas tengan las herramientas suficientes para empoderarse de cara al futuro.
Así, la esquiadora ha aprovechado su popularidad para impulsar la carrera de las niñas en un momento en el que el feminismo ha resurgido con fuerza en todo el mundo y la figura de la mujer toma protagonismo en multitud de disciplinas. Ella ha demostrado que las mujeres pueden lograr lo que se proponga, siendo un ejemplo y una referencia para muchas jóvenes de todo el mundo. El Princesa de Asturias viene a reconocer no solo su trayectoria deportiva, sino también su compromiso con las generaciones más jóvenes y con una sociedad mejor.
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