Enrique Hidalgo
Algarrobo (Málaga), 8 ago.- La cantaora Carmen Linares, una de las voces flamencas de mayor proyección internacional, ha asegurado que el flamenco ha notado mucho la crisis, y en particular, la crisis de la industria discográfica, que es la piratería, aunque ha precisado que este arte "siempre se mantendrá".
Nacida como Carmen Pacheco, su nombre artístico habla de su tierra natal andaluza, Linares (Jaén), donde nació en 1951 y de donde se marchó a los 16 años para probar suerte en Madrid.
Los tablaos Torres Bermejas y Café de Chinitas de la capital de España fueron testigos de su despegue profesional en 1970 al lado de Juan "Habichuela", al que siguió el éxito de una Carmen Linares llena de matices novedosos y que ha sido reconocida con el Premio Nacional de Música en 2001 y la Medalla de Oro de Bellas Artes en 2006, entre otros galardones.
En una entrevista con Efe, Linares ha afirmado que el flamenco ha notado "muchísimo" la crisis y la piratería, "porque si la gente no compra los discos y se los baja, los proyectos en los que se ha invertido tanto tiempo no tienen salida y los autores no cobran nada".
La cantaora, que actúa este domingo en el Festival del Cante de las Minas de La Unión (Murcia), ha reclamado una solución a esta situación "complicada, que puede llevar a pique al mundo de la cultura", y ha lamentado que "mucha gente no sea consciente de lo que eso supondría".
"Los artistas vivimos de esto, no tenemos otro trabajo que nos permita llenar la nevera, sino que es una profesión y hay que estar muy bien preparado, dar mucho de tu alma y de tu vida en un escenario, y cuando grabas discos hay un trabajo anterior a todo eso que hay que valorarlo", ha insistido.
No obstante, pese al azote de la piratería, Linares está convencida de que el flamenco "siempre se mantiene y sale a flote", gracias a la contribución de gente nueva que llega y hace sus aportaciones, "ya que hay que ir evolucionando y añadiendo cosas para que el arte siga vivo".
"Cuando algo tiene esa grandeza, raíz, profundidad, calidad y es, además, una de las mejores músicas del mundo, es muy difícil que desaparezca", ha añadido la artista, que compagina estos días los ensayos con el descanso en Algarrobo, municipio malagueño en el que veranea desde hace más de veinte años.
Precisamente, Linares fue en su día ejemplo de una llegada enriquecedora al flamenco, un mundo en el que se introdujo sin el aval de una familia de artistas, pero en el que se ha ganado un sitio propio.
La primera cantaora que actuó en el Lincoln Center de Nueva York, invitada por la Orquesta Filarmónica, ha señalado que el flamenco se aprende escuchándolo y, en su caso, lo hizo gracias a que tenía mucha afición y tuvo la suerte de compartir trabajo con grandes artistas, como Enrique Morente o Camarón.
Ha defendido que para dominar esta música son necesarias unas condiciones innatas, "que las tiene que dar Dios, la naturaleza o en lo que uno crea", pero también hay que disponer de medios para aprender.
Encumbrada por la crítica como la gran dama del flamenco actual, Linares acepta el título honorífico "con responsabilidad y tratando de ser siempre acreedora de ese calificativo".
Ha argumentado que su éxito se debe a lo que ella considera el culmen de todo artista: llegar al corazón de la gente y hacerla sentir.
Asimismo, ha detallado que también influye cómo se vive la profesión y lo que se da al flamenco, y ha indicado que ella se ha tomado siempre su trabajo "con mucha inquietud, pensando que tenía que aportar cosas y darle lo mejor".
"Siempre he intentado probar nuevos instrumentos que funcionen y por supuesto, lo que busco ante cualquier espectáculo es estar inspirada para que haya esa conexión con el público y alimentar un poco su alma", ha agregado.
Para ello, se ha valido de las composiciones de los poetas españoles más internacionales, "porque en un poema, un verso puede narrar un sentimiento muy profundo, una vida puede pasar por ahí, y la buena poesía y el flamenco se llevan muy bien", ha dicho. EFE
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