Castellucci propone una reflexión bíblica sobre la relación paterno filial

  • El director italiano Romeo Castellucci ofrece, del 7 al 9 de julio en el Teatre Lliure de Montjuïc y dentro de la cartelera del Grec, una escatológica reflexión bíblica sobre la relación paterno filial.

Barcelona, 6 jul.- El director italiano Romeo Castellucci ofrece, del 7 al 9 de julio en el Teatre Lliure de Montjuïc y dentro de la cartelera del Grec, una escatológica reflexión bíblica sobre la relación paterno filial.

"Sobre el concepto del rostro, en el hijo de Dios" es el título de la obra durante la cual se proyecta en el escenario una gran imagen de la obra "Cristo Salvador Mundi", del pintor renacentista Antonello da Messina.

El espectáculo lo protagonizan un padre -un anciano, incontinente y con la mirada perdida- y su hijo.

La obra está producida por el Grec y por varios teatros europeos y los actores hablan en un italiano sencillo, en una obra calificada como un "título de ensayo de estética, desde un punto de vista radical".

Castellucci ha considerado hoy durante la presentación del montaje que se trata de un espectáculo que "no deja indiferentes, se puede amar y odiar en el mismo grado, pero no tiene ánimo de provocación".

Es un "espectáculo hecho de mierda, pero esa materia, la materia por excelencia", a medida que transcurre el espectáculo, que en algún momento puede considerarse hiperrealista, se transforma y se convierte en algo "irreal y universal".

El gran retrato que preside el escenario, el rostro de Jesús, mira a los ojos de los espectadores, y esa mirada al espectador le devuelve, en opinión de Castellucci, "la actitud de voyeur".

En escena, un anciano con la mirada perdida está sentado en un sofá, viendo imágenes de animales en la televisión, cuando se queja de un dolor agudo en el vientre.

El hijo se acerca al anciano para levantarle y cuando lo consigue, su albornoz está manchado por detrás.

Mientras va a por guantes y a por una palangana para limpiarle, el padre se hace aguas mayores piernas abajo.

El actor Gianni Plazzi (el padre) ha explicado que "con esa acción, vehiculada a través de la mierda, el padre dialoga con el hijo. Es un signo de amor".

Para el hijo, que encarna Sergio Scarlatella la situación teatral es "extrema y real" y ha comentado a EFE que el espectáculo, que ya lleva una treintena de exhibiciones en distintos países europeos, ha cosechado una reacción más fría en el Mediterráneo que en los países del norte.

El reto de la obra, a juicio de Castellucci, reside en "la dificultad de no caer en lo fácil, sino de transformar lo escatológico en una cosa luminosa".

Con esta relación entre el padre y el hijo, calificada por Castellucci de "bíblica", el director teatral italiano vuelve a la escena barcelonesa después de la huella que dejó su trabajo en 2009 con "Inferno, paradiso, purgatorio".

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