Cercas: "La vida inventada de Enric Marco es la metáfora de nuestro país"

  • Carmen Sigüenza.

Carmen Sigüenza.

Madrid, 13 nov.- El escritor Javier Cercas se quedó hace años subyugado por Enric Marco, el nonagenario barcelonés que se inventó su vida como héroe y superviviente de los campos nazis y que fue desenmascarado en 2005, una pasión por la impostura que ha quedado recogida en la nueva novela del extremeño, "El impostor".

Una metanovela en la que se mezcla una profunda investigación por parte del autor, con biografía, ensayo, crónica, intriga, una entrevista con el propio Enric Marco y parte de autobiografía para hacer un ejercicio de psicoanálisis colectivo y ponernos a todos frente al espejo, porque para Cercas "la vida inventada de Marco es la metáfora de nuestro país".

"Las falsedades de Marco son en gran parte nuestras fealdades. Todos mentimos para que nos quieran, para que nos acepten. Todos maquillamos un poco nuestras vidas. Este hombre no solo es la metáfora de todos nosotros, sino la metáfora de lo que nuestro país se ha inventado", recalca a Efe el escritor.

Y es que Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) ha echado el resto en esta novela y se ha quedado "vacío, como después de un parto", según él mismo dice. "Supe desde el primer momento que en este hombre monstruoso había un lado que me atañía, que tocaba algo de mí y, como soy un hombre común y corriente, pensé que, si me atañía a mí, nos atañía a todos", precisa.

"Tuve una intuición que se confirma luego en el libro -aclara-, cuyo fin es intentar comprenderle. Saber quién es este hombre y quiénes somos todos, porque, si pudiéramos comprender por ejemplo a Hitler, Hitler no volvería a repetirse".

"Todos deberíamos ser capaces de ver que en un psicópata como Ricardo III de Shakespeare estamos todos, y en Raskolnikov, el asesino de 'Crimen y castigo', y en un impostor como Marco, también. He intentado comprender a este hombre, porque es la comprensión de la literatura. Comprender a todos los seres humanos en su complejidad", subraya.

"El impostor", publicado por Literatura Random House, cuenta quién fue, o no, Enric Marco, con una vida extremadamente dura "y más interesante que la inventada", dice Cercas.

Una vida familiar también inventada y que, después de presidir durante tres años la Asociación española de supervivientes, pronunciar centenares de conferencias, conceder entrevistas y conmover hasta la lágrima, se derrumbó.

"Este hombre fue extraordinario -argumenta-, no solo porque fuera un impostor genial, el Picasso o el Maradona de los impostores, sino porque, al tiempo que era radicalmente excepcional, era radicalmente normal, del montón en este país. De un país con una historia fea, como la de muchos países, y que para tolerarla nos la hemos inventado distinta".

Y en este sentido, Javier Cercas es muy crítico con el concepto de memoria histórica.

"No me gusta el termino -sostiene-, porque me parece una contradicción en términos: la memoria es subjetiva e individual. Pero el movimiento que pretendía afrontar el pasado más duro de este país y resarcir a las víctimas y no tener decenas de miles de cadáveres en las cunetas era justo y necesario, aunque el modo en que se hizo fue equivocado".

"Y fue equivocado -continúa- porque la memoria se convirtió en una industria de la memoria, y el fruto de esa industria es la prostitución de la memoria, lo 'kitsch', o sea la mentira, o sea Marco. Es el embellecimiento de la memoria para sacar réditos personales, morales o políticos, y Marco es el emblema de todo eso".

En opinión del escritor y periodista, Marco es el emblema de nuestras flaquezas y cobardías, el espejo donde no queremos mirarnos. Y para mostrarlo el autor de "Soldados de Salamina" compara a Enric Marco con don Quijote ("el mejor libro del mundo y el más moderno") y hace un paralelismo entre las dos vidas.

"Don Quijote -añade el autor-, a los 50 años, deja su poblacho harto de leer y de no vivir y se va a buscar aventuras, y Marco igual; se pasó la mitad de su vida en un mísero taller de Barcelona, hasta que se cansó también a los 50 y dijo, 'Ahora voy a soñar y me voy a convertir en un héroe'".

Verdades y mentiras, las mentiras para construir la verdad, "la verdad de las mentiras", como diría Vargas Llosa, todo ello se da en este libro, con el que Cercas desafía a todos aquellos que señalan que la novela está muerta.

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