"Chamaco y dos más" se anunció muchas tardes en Barcelona

  • Madrid.- El torero Antonio Borrero "Chamaco", fallecido hoy en Huelva, tuvo tanto predicamento en la monumental de Barcelona que, muchas tardes de las que toreó allí, sin acabar el festejo, el empresario mandaba sacar un cartel anunciándole para la próxima "con dos más".

Fallece el torero Antonio Borrero "Chamaco", ídolo de Barcelona en los años sesenta
Fallece el torero Antonio Borrero "Chamaco", ídolo de Barcelona en los años sesenta

Madrid.- El torero Antonio Borrero "Chamaco", fallecido hoy en Huelva, tuvo tanto predicamento en la monumental de Barcelona que, muchas tardes de las que toreó allí, sin acabar el festejo, el empresario mandaba sacar un cartel anunciándole para la próxima "con dos más".

Tal fue el tirón de "Chamaco" en aquella plaza, feudo suyo desde que debutó como novillero el 7 de marzo del año 1954. En dicha plaza toreó veinticuatro tardes esa temporada, y veinticuatro la siguiente, respaldada cada nueva contratación con un triunfo.

"El domingo próximo, Chamaco y dos más", anunciaba el cartel que un empleado de la plaza paseaba por el callejón para que el público lo leyera desde el tendido. No hacía falta decir más, sobre todo con lo que en ese momento se estaba viendo en el ruedo.

Fue otra de las argucias empresariales del conocido don Pedro Balañá Espinós (el don, siempre por delante, según se le conocía en el mundillo del toro, reafirmaba precisamente su capacidad e ingenio), en una época en la que estaban todavía por descubrirse términos tan en uso ahora como el marketing y la mercadotecnia.

Fue el secreto del triunfo de los dos. La fórmula para que ambos, torero y empresario, arrasaran cada uno en su actividad.

"Chamaco" cortaba las orejas una tarde sí y otra también a base de arrimarse mucho, con su estilo valeroso y encimista, lo que ahora se ha dado en llamar tremendista, que el publico le demandaba. Y Balañá "hacía caja" como pocas veces había ocurrido antes y no volvería a ocurrir hasta la aparición del fenómeno Manuel Benítez "El Cordobés".

Con "Chamaco" toreó mucho otro espada catalán, Joaquín Bernadó. Y su rival más directo fue su paisano Miguel Báez Espuny "Litri", razón por lo que la afición onubense estuvo dividida en aquella época entre "litristas" y "chamaquistas".

Fue tanta la pasión en la defensa de sus respectivos ídolos que hubo más de una pelea entre partidarios de uno y otro que acabó en comisaría. Y ello a pesar también de la profunda amistad entes los dos toreros, que incluso una vez retirados de los ruedos llegaron a gestionar junto con Pedro Balañá Espinós la plaza monumental de Huelva en la década de los setenta y comienzos de los ochenta.

Un hombre muy querido en su tierra a pesar de que gran parte de su vida transcurrió en Barcelona. Hace cuatro años y a petición popular el ayuntamiento onubense acordó rotular una calle con su nombre. Incluso se ha solicitado en varias ocasiones la colocación de un monumento en el barrio done nació, el Matadero, conocido así por estar allí instalado el matadero municipal.

Influenciado precisamente por la actividad que en dicho matadero se llevaba a cabo, donde los torerillos acudían a practicar suertes en la medida que el ganado "de media sangre" lo permitía, desde muy pequeño Antonio, nacido en el seno de una familia humilde, se interesó por el mundo de los toros, pese a que en su entorno no había antecedentes.

Una de sus primeras actuaciones en público fue en la localidad de Moguer (Huelva), donde, tras un brindis, fue obsequiado con 500 pesetas, sus primeros ingresos como torero, como él gustaba recordar.

Los datos de su biografía son más que elocuentes para ensalzarse en la hora de su muerte, por lo que fue en el ruedo y en la calle. Un gran torero, también y sobre todo gran persona.

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