China rinde homenaje a Deng, arquitecto de la Reforma, en su 110 aniversario

  • China recuerda hoy con grandes homenajes la figura de Deng Xiaoping en el 110 aniversario de su nacimiento, una fecha que los actuales líderes chinos quieren aprovechar para defender que son los herederos de la reforma económica iniciada a finales de los 70 por el "Pequeño Timonel".

Antonio Broto

Pekín, 22 ago.- China recuerda hoy con grandes homenajes la figura de Deng Xiaoping en el 110 aniversario de su nacimiento, una fecha que los actuales líderes chinos quieren aprovechar para defender que son los herederos de la reforma económica iniciada a finales de los 70 por el "Pequeño Timonel".

Dos días antes del aniversario, los principales líderes del régimen comunista, encabezados por el presidente Xi Jinping, se reunieron en el Gran Palacio del Pueblo para recordar la figura del hombre que puso fin a la ortodoxia maoísta e inicio el reformismo que, para muchos, llevó a China a su actual poderío económico.

"Debemos aprender de la valentía de Deng, y, como él, tomar decisiones audaces", señaló el presidente Xi en su discurso, donde prometió seguir el espíritu del 'Pequeño Timonel' "a la hora de romper las viejas reglas, hacer otras nuevas y no tener miedo a los grandes cambios".

Otro sentido homenaje al líder comunista se produjo en Hong Kong, la excolonia británica en la que la figura de Deng fue especialmente clave, ya que éste rechazó la solicitud de Londres de prolongar su dominio y abrió las negociaciones que culminaron en el retorno del territorio a la soberanía china en 1997.

Dos de las hijas del líder (fallecido cinco meses antes de aquella histórica devolución), Deng Rong y Deng Lin, asistieron ayer, jueves, a la inauguración de una muestra sobre la figura de su padre en el Centro de Convenciones y Exposiciones hongkonés.

Los homenajes a Deng estos días en China son de mayor escala incluso que los organizados por el régimen en 2004, año del centenario del líder, lo que según los observadores muestra el deseo del actual presidente, Xi Jinping, por ser comparado con el "Pequeño Timonel", su gran modelo a seguir.

"Es tradición en la política china que un nuevo líder intente posicionarse a la sombra de una gran figura anterior, para legitimar la transición de poder", analizaba al respecto el politólogo hongkonés Johnny Lau en el diario South China Morning Post.

Deng, nacido en Guangan, una comarca montañosa del interior del país (provincia de Sichuan), fue el máximo líder de China entre 1978 y 1997 pese a que, curiosamente, jamás ostentó la jefatura de Estado, la de Gobierno o la del Partido Comunista.

En China se le recuerda principalmente por haber renunciado al comunismo ortodoxo de su antecesor, Mao Zedong, y adoptar un pragmatismo económico total, que encarnó con su célebre cita "lo importante no es que el gato sea blanco o negro, sino que cace ratones".

Con esta premisa Deng creó un concepto a primera vista paradójico pero que aún rige en la China actual, la "economía socialista de mercado", que en la práctica significa que el país mantiene instituciones comunistas, régimen de partido único y grandes monopolios estatales, pero en el resto apenas es diferente de las naciones capitalistas.

Además, en otra de las grandes paradojas de Deng heredadas por China, ese país, que se define comunista, es uno de los que rinde mayor culto al dinero, algo que el histórico político también llevó a la posteridad con otra de sus famosas frases: "Enriquecerse es glorioso".

Deng inició su "socialismo de mercado" primero en áreas geográficas limitadas del país, como la ciudad de Shenzhen (hasta entonces un pueblo de pescadores, hoy día el "Silicon Valley" nacional) y extendió luego las reformas al resto del territorio.

El resultado es más que notable, según el discurso oficial chino: más de 400 millones de personas sacadas de la pobreza en 30 años, y un ascenso que ha convertido a China en la segunda economía mundial, cuando en los años 70 era un gigante empobrecido por dos siglos de guerras y caos.

Pero para lograr todo eso Deng tuvo primero que apartar al líder que Mao había designado como su sucesor (Hua Guofeng, un presidente casi desconocido para los chinos actuales) y dar carpetazo a la convulsa Revolución Cultural, en la que él mismo sufrió no una sino dos purgas, con el sonado juicio a la Banda de los Cuatro.

"Deng y sus camaradas salvaron a China en un momento crítico de su historia. No con pequeñas reparaciones, sino con un diseño visionario y métodos sistemáticos", resumió hoy un editorial publicado por la agencia oficial Xinhua.

Fuera de China, sin embargo, también se recuerda a Deng como el líder que autorizó el uso del ejército contra las manifestaciones pro democracia de 1989: fue la llamada Matanza de Tiananmen, un suceso que ni hoy ni el pasado 4 de junio, cuando se cumplía su 25 aniversario, es siquiera nombrado dentro del país asiático.

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