Chris Cleave dice que "cuando el hombre pierde el sentido del humor lo pierde todo"

  • Barcelona.- Columnista del diario "The Guardian", el escritor Chris Cleave se ha convertido con solo dos novelas en uno de los valores más sólidos de la actual narrativa británica. Ahora llega a España "Con el corazón en la mano", un relato de refugiados e identidades, a punto de interpretar en el cine Nicole Kidman.

Chris Cleave dice que "cuando el hombre pierde el sentido del humor lo pierde todo"
Chris Cleave dice que "cuando el hombre pierde el sentido del humor lo pierde todo"

Barcelona.- Columnista del diario "The Guardian", el escritor Chris Cleave se ha convertido con solo dos novelas en uno de los valores más sólidos de la actual narrativa británica. Ahora llega a España "Con el corazón en la mano", un relato de refugiados e identidades, a punto de interpretar en el cine Nicole Kidman.

En una entrevista con Efe, defiende la necesidad de incluir toques de humor en una historia trágica como la que ahora presenta, finalista de los premios Costa Awards y de la Commonwealth Writers, porque cree que "reír es vivir".

En este sentido, asevera que ha conocido a refugiados con vivencias terribles que pueden contar buenos chistes. "A las personas -precisa- se les puede quitar el pasaporte, pero si mantienen el sentido del humor mantienen el honor y la fuerza de ser humanos. Si lo pierden, en cambio, no les queda nada, es lo peor".

"Con el corazón en la mano", que publica en castellano Maeva y en catalán Amsterdam Llibres, está protagonizado por una joven refugiada nigeriana de dieciséis años, Little Bee, que escapa a Londres, donde quiere encontrar al matrimonio formado por Andrew y Sarah O'Rourke, a los que conoció en unas trágicas circunstancias en una playa del sur de su país dos años atrás.

Explica que ubica parte de la acción en Nigeria, porque quería que "el Primer y el Tercer Mundo se encontraran en África, en un lugar, en principio turístico" y añade que lo que no le convencía era narrar la vida de una persona refugiada "que llegara a Inglaterra y dijera a las autoridades: 'salvadme'".

Para Cleave, hay muchas personas de Occidente que viajan a lugares turísticos del mundo, de países pobres, sin moverse de un complejo y que cuando regresan a sus casas hablan a sus amistades de lugares que son como el paraíso "sin ver que el conflicto estaba sólo a unos kilómetros".

En el caso de su narración, Andrew y Sarah, en crisis matrimonial, deciden salir de la realidad del hotel en el que se hospedan y "durante un período de apenas veinte minutos ven cambiar su vida para siempre".

Chris Cleave indica que la historia también le sirve para reflexionar sobre las identidades de las personas y las máscaras que llevan puestas para poder pertenecer a un determinado grupo o nacionalidad.

Para preparar el argumento se entrevistó con muchos refugiados africanos que están en Inglaterra, siendo Little Bee un compendio de muchos de ellos.

"He conocido gente con historias terribles, con un horror superior al que aparece en el libro y con situaciones que no he querido incluir, porque eran demasiado fuertes para el tipo de literatura que quería hacer", precisa.

Asimismo, el libro también transpira el machismo de muchas de las sociedades subsaharianas. "Algunas de las mujeres con las que hablé -continúa- después de años en Londres todavía son incapaces de mirar a los ojos de un hombre por el miedo que sienten".

Sobre el hecho de que esté a punto de empezar el rodaje de su novela, Chris Cleave muestra su satisfacción y su convencimiento de que Nicole Kidman será "una buena Sarah", a la vez que cree que la película puede llegar a mucha más gente que el libro y, por tanto, dar a conocer una realidad como es la de los refugiados.

Preguntado por nuevos proyectos, avanza que acaba de entregar una nueva novela, muy diferente a ésta, sobre el mundo del deporte y la dicotomía entre la vida pública y privada de los practicantes de elite.

Nacido en Londres en 1973 y padre de tres hijos, Chris Cleave es periodista y su primera novela "Incendiary", traducida a una veintena de lenguas, también obtuvo varios premios.

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