Ciencia y ficción, aventuras que se cruzan en París

  • París.- La quimera de la conquista espacial, la robótica, los viajes en el tiempo y los ataques extraterrestres llegan a la Ciudad de las Ciencias de París gracias a una muestra que analiza el diálogo entre el conocimiento científico y el imaginario de la historia de la ciencia ficción.

Ciencia y ficción, aventuras que se cruzan en París
Ciencia y ficción, aventuras que se cruzan en París

París.- La quimera de la conquista espacial, la robótica, los viajes en el tiempo y los ataques extraterrestres llegan a la Ciudad de las Ciencias de París gracias a una muestra que analiza el diálogo entre el conocimiento científico y el imaginario de la historia de la ciencia ficción.

"Primera regla de la robótica: un robot nunca debe hacer daño a un ser humano", explica Robix, humanoide que interactúa con los visitantes de "Ciencia y ficción, aventuras cruzadas", exposición que estará abierta al público hasta el próximo 3 de julio.

A pocos metros de Robix, los androides de "Star Wars" R2D2 y C3PO, escuderos de Luke Skywalker en el filme de George Lucas posan en una vitrina junto a otras cibernéticas estrellas del celuloide como Robocop o Terminator.

Son iconos de la ciencia ficción que reclaman la atención del público hacia un género que "confronta al hombre con sus contradicciones", reflexiona Ugo Bellagamba, uno de los comisarios de una muestra en la que se pueden contemplar los trajes que pertenecieron a los replicantes de "Blade Runner", a los rebeldes de "Matrix" o a los tripulantes de la nave Enterprise de "Star Trek".

La influencia mutua de la ciencia ficción y los avances científicos van de la mano, desde los viajes a la Luna hasta la clonación humana.

Las explicaciones sobre la historia de la ciencia se complementan con cohetes espaciales, dibujos, manuscritos, proyecciones, guiones de cine o instalaciones plurimedia para ponerse a los mandos de una nave nodriza o incrustarse una pantalla entre oníricos alienígenas de Hollywood.

El periplo comienza con los relatos del griego Luciano de Samosata, que ya en el 180 d.C. imaginaba los viajes en barco a la Luna que casi dos mil años después materializarían las naves espaciales de astronautas como el ruso Yuri Gagarin o el estadounidense Neil Armstrong.

La posibilidad de transportarse en el tiempo, tema que el novelista H. G. Wells concibió en 1895 con "La máquina del tiempo" y que Albert Einstein privilegió en 1905 con su teoría de la relatividad, también tiene cabida en la muestra, así como el salto espacio-temporal, que se ilustra con guiños a los filmes "Back to the future", de Robert Zemeckis, o "Planet of the apes", de Franklin J. Schaffner.

Sin embargo, las aspiraciones humanas hacia mundos tecnológicamente más avanzados, como las engendradas por los escritores Julio Verne ("De la Tierra a la Luna") e Isaac Asimov ("Fundación") o el realizador Ridley Scott ("Alien"), no siempre han acarreado épocas idílicas donde germinaban benévolas oportunidades para la especie humana.

La ciencia ficción también ha generado derivas totalitarias, conflictos intergalácticos o invasiones extraterrestres porque "escenifica los avances técnico-científicos y especula de manera racional sobre sus posibles consecuencias sociales", resume Roland Lehoucq, otro comisario de la exposición.

Así, la combinación de alta tecnología y escasa calidad de vida del denominado "Cyberpunk" que inauguró la película "Blade Runner" en 1982 se revela como uno de los grandes pilares de la muestra en la que también hay espacio para sociedades alienadas, como "1984", la cinta dirigida por Michael Radford, inspirada en la obra de George Orwell.

También da cuenta de las rebeliones de robots contra sus creadores ("Terminator", dirigida por James Cameron) o amenazas extraterrestres ("Men in Black", realizada por Barry Sonnenfeld).

La ciencia ficción, se refiera esta a mundos virtuales, a la manipulación genética de los seres vivos o a sociedades utópicas y extraterrestres, está vinculada en esencia a proezas como los aceleradores de partículas, las estaciones espaciales, las sonadas planetarias o la clonación, como queda patente en los 1.600 metros cuadrados de "Ciencia y ficción, aventuras cruzadas".

Una inspiración recíproca entre el ámbito real de la ciencia y el espacio fantástico de la literatura, el cómic, el cine y el videojuego que a menudo ha servido como laboratorio filosófico pues, como dijo Isaac Asimov, "los escritores de ciencia ficción prevén lo inevitable y, aunque los problemas y las catástrofes son inevitables, las soluciones no lo son".

Javier Albisu

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