Cinco orejas para Perera en su encerrona con seis toros en Nimes

  • El diestro Miguel Ángel Perera saldó hoy su encerrona con seis toros en solitario en la ciudad francesa de Nimes con un triunfo de cinco orejas, lo que le permitió salir a hombros por la Puerta de los Cónsules.

Nimes (Francia), 20 sep.- El diestro Miguel Ángel Perera saldó hoy su encerrona con seis toros en solitario en la ciudad francesa de Nimes con un triunfo de cinco orejas, lo que le permitió salir a hombros por la Puerta de los Cónsules.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Jandilla, el sexto con el hierro de Vegahermosa, aceptablemente presentados, bajos de raza y justos también de fuerzas. El mejor, el quinto.

El balance artístico de Miguel Ángel Perera, que actuó como único espada, fue el siguiente: estocada y descabello (ovación); casi entera (oreja); estocada (oreja); pinchazo y estocada (oreja); pinchazo y estocada (dos orejas); y estocada (silencio).

El anfiteatro romano de Nimes registró dos tercios de entrada.

---------------------

PERERA PUEDE CON TODO

Hasta la salida del quinto toro, el mejor de un encierro que careció de raza y, a veces, de fuerzas, la encerrona de Perera le había permitido confirmar su poderío, técnica, ganas y temple, a lo largo de cuatro faenas acordes con las condiciones de sus oponentes.

Siempre bien, pero aburrido también. Afortunadamente, el quinto le permitió a Perera enseñar su verdadera dimensión, a lo largo de una faena importante sobre ambas manos. El pinchazo previo a una estocada entera no impidió el corte de las dos orejas.

El primero fue noble y flojo, y el mérito de Perera fue de ayudarle siempre sin brusquedad. Faena técnicamente perfecta pero de nula emoción. Mató de entera y descabello y escuchó una ovación.

El segundo tuvo más movilidad pero salía de los muletazos con la cara suelta. Se entregó y aguantó mucho Perera, templó a la perfección y mató de una casi entera y corto su primera oreja.

El tercero fue un toro complicado, con genio, pero Perera lo sometió a base de técnica y aguante. Mató de estocada y cortó otra oreja.

El cuarto fue noble pero no duró. Perera lo templó mucho, nunca le exigió más de lo que podía dar, y acabó metido entre pitones. El pinchazo que precedió a una entera no impidió el corte de oreja.

El último, de Vegahermosa, no tuvo ni clase ni transmisión, y por primera vez de la tarde Perera se quedó sin solución.

Mostrar comentarios