La estrella de Piratas del Caribe, fiel a su estilo desaliñado y despreocupado con la vestimenta, en la que no faltaban los vaqueros negros con camisa a juego y su habitual puñado de collares y pañuelos al cuello, lució un nuevo corte de pelo más corto de lo habitual.
El intérprete, que hizo gala de un enorme sentido del humor, no tuvo tampoco problema a la hora de retratarse con el dueño del local, su amigo Doug Stanhope -al que Amber Heard también ha demandado por difamación tras desmentir los malos tratos denunciados por la actriz - y con el resto de los comediantes que amenizaron la noche: Ryan Adams, Kerry Mitchell y Brett Erickson.
Es la primera vez que el intérprete se deja ver en Estados Unidos tras saltar la demanda de divorcio y las acusaciones de violencia doméstica presentadas por su mujer. El artista se encontraba en plena gira europea con los Hollywood Vampires cuando saltó el escándalo.
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