El cine de Uganda cuenta con su propio Quentin Tarantino

    • Isaac Nabwana rueda películas con apenas 200 dólares en su barrio de Kampala.
    • Metralletas de hojalata, efectos especiales irrisorios, y karatekas, abundan en sus cintas.
    • Un productor de Nueva York le descubrió en 2011 y desde entonces no se separan.

El día que Alan Hofmanis, un productor de televisión de Nueva York, fue abandonado por su novia, anillo de compromiso en el bolsillo incluido, acabó, como no podía ser de otra forma, en un bar cualquiera de Manhattan junto a un amigo. Después de los vituperios (solidarios) hacia la muchacha propios en este tipo de lances y las aseveraciones recordando lo poco que la misma merecía al doliente, el colega optó por lo fácil para sacarle una sonrisa: vídeos chorra del Youtube.

Fue en esas que se toparon con el trailer de quien algunos han bautizado como el Tarantino africano. Una suerte de Robert Rodríguez, que responde al nombre de Isaac Nabwana, autor con cuatro duros -literal- de su particular 'El Mariachi', aunque sin tener que servir de conejillo de indias en laboratorios de mala muerta como hiciera el de Texas.

Hofmanis quedó alucinado tras visionar el hilarente trailer de 'Who Killed Captain Alex'. "Sabía que lo que veía no tenía ningún sentido, pero aún así era una genialidad. En occidente, cuando no tienes dinero, haces una peli de dos tipos disparándose después de una conversación, no una de guerra", afirma quien ejercía de caza talentos para el festival de cine de Lake Placid de Nueva York.

Así que viajó para Uganda, país donde tenía lugar la trama de la cinta. Allí, en un mercado de Kampala, encontró a un muchacho con una camiseta que ponía Ramón Film Productions, la productora que aparecía en el trailer y con la que Nabwana, apasionado de los filmes de Chuck Norris y Sylvester Stallone, rueda sus películas, auténticas obras del absurdo protagonizadas por expertos en kárate que empuñan metralletas de hojalata con munición de madera, y en donde helicóperos hechos por ordenador bombardean la capital ugandesa. Tras explicar quien era, le llevó a Wakaliga.Wakaliwood, la meca del cine ugandés

Wakaliga es un barrio pobre a las afueras de Kampala, "con cabras y gallinas por todas partes", en las que Nabwana rueda sus producciones de menos de doscientos dólares. Su paisaje está marcado por la aridez, el rojizo de la tierra y el negro de sus aguas residuales. Solo el croma verde que utiliza el director dan algo de vivacidad a una de las zonas más deprimidas de la capital, y pese a la precariedad por la que se mueve, lo tiene claro: "Es la pasión quien hace las películas", dice durante el documental de 2012 'Wakaliwood' y del que se ha hecho eco la cadena británica BBC.

Vendiendo los propios ladrillos que él mismo fabricaba, puedo financiarse un curso de seis meses de mantenimiento de ordenadores, suficiente para poder montarlos el mismo. Después, aprendió a manejar editores de vídeo y con la colaboración de un vecino que le dejó su cámara, empezó a rodar las aventuras de los habitantes de su barriada, muchos de los cuales participan en sus producciones de bajo coste. Los beneficios, venden casa por casa copias a un dólar, se reparten entre los participantes.

Vivir en Wakaliga, dice Hofmanis, es como una "tarde perezosa marcada por lo imprevisible". Igual de inesperada que ha sido el reconocimiento que ha recibido en otras partes del mundo el trabajo de Nabwana. Ciudadanos de Estados Unidos, España, Australia, o de los países vecinos, han aportado su granito de arena para contribuir al financiamiento de su nuevo proyecto, que contará con 8.500 dólares para gastar.

Hofmanis visitó a su amigo Nabwana seis veces más desde que llegara en 2011 a la capital ugandesa hasta que se asentó definitivamente en Kampala en marzo de 2014. "Él es ahora parte de mi familia", dice Nabwana, quien vive con su mujer Harriet y sus tres hijos, y cuenta desde entonces con el estadounidense como nuevo vecino de la barriada más cinematográfica de África.

Sigue @Mark_Teixeira

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