Jessica Lange: "Creo que todavía puedo ser totalmente anónima"

  • Acostumbrada a ser observada por millones de espectadores en películas como "Frances" o "La caja de música", a la actriz estadounidense Jessica Lange le llegó el turno de mirar al mundo y perderse en el anonimato, como demuestra en la exposición "Unseen" (no vista), que se inaugura mañana en Avilés.

Mateo Sancho Cardiel

Avilés (Asturias), 9 sep.- Acostumbrada a ser observada por millones de espectadores en películas como "Frances" o "La caja de música", a la actriz estadounidense Jessica Lange le llegó el turno de mirar al mundo y perderse en el anonimato, como demuestra en la exposición "Unseen" (no vista), que se inaugura mañana en Avilés.

"Creo que todavía puedo ser totalmente anónima, colarme en vidas ajenas y pasar totalmente desapercibida", reconoce en una entrevista con Efe a un día de la inauguración de esta muestra, que estará hasta el 27 de noviembre en el Centro Niemeyer y en la que ella "desaparece" a través de 78 fotografías.

Ganadora de dos Óscar por "Tootsie" y "Las cosas que nunca mueren" e icono erótico gracias a una mesa de cocina rebozada en harina en "El cartero siempre llama dos veces", Lange desanda el camino y vuelve a sentir los nervios de la novata con esta muestra que se divide entre "Things I see", más general, y "On scene, Mexican Suites", más monográfica.

"Como actriz, ya sé lo que funciona y lo que no, pero ahora estoy muy expectante", asegura, y así se estrena como una paparazzi de lo anónimo, robando momentos a una pareja mientras deja las horas pasar en la América profunda, o explorando la realidad de betún de la noche mexicana.

"Hay algo en la luz de México, tanto en la natural como en la artificial, que me parece absolutamente fascinante y que, como en el cine y el teatro, crea algo muy dramático en sus sombras y sus destellos. La luz de este país y la del norte de Finlandia -donde se remontan sus antepasados y de donde proviene su belleza- son mis favoritas", explica.

Fue en los años noventa, a raíz de que su pareja, el actor y dramaturgo Sam Shepard, le regalara una Leica M6, cuando Jessica Lange decidió lanzarse a la fotografía, una disciplina que la había acompañado desde el principio, cuando estudió Bellas Artes en Minnesota y conoció al que sería su marido, el asturiano Paco Grande. "Es como un círculo que se cierra ahora", bromea.

"Crees que en la vida tomas decisiones, pero luego todo sucede por casualidad. Nunca quise estudiar fotografía, pero al matricularme no había ya plazas en una de las asignaturas y me tuve que meter en la asignatura de fotografía. El profesor era amigo de Paco. Lo conocí, me enamoré, dejé los estudios y nos mudamos a España", relata Lange.

Rodeada de profesionales de la imagen, no se atrevió a probar suerte entonces, aunque siempre admiró, frente a "la labor coreográfica que conlleva el cine, el poder individual del fotógrafo", explica.

"No tomé fotografías de esa época, y ahora me arrepiento, porque entonces estuve en momentos realmente privilegiados, rodeada de maestros como Robert Frank o Larry Clark", afirma quien fuera descrita por Patti Smith como la mujer "que lleva en la sangre el sol de medianoche".

Con una vida tan fotogénica -luego ha tenido historias de amor y descendencia con el bailarín Mijaíl Baryshnikov o el citado Shepard- todo empezó, en cambio, desde la intimidad de una madre que quiere inmortalizar un instante de sus hijos.

Desde entonces, el objetivo se ha abierto a una existencia en constante movimiento. "Nunca he planeado mi vida para encontrar buenas fotografías, pero frente a la emoción de ver ahora todas juntas en una exposición, creo que voy a empezar a tenerlo en cuenta", asegura orgullosa de esta faceta que le devuelve la vulnerabilidad del pudor.

Lange, en realidad, siempre fue pudorosa. "Es algo que asumí hace mucho tiempo". Entonces, escapó de Los Ángeles y ahora escapa cuando puede de Nueva York. "Hay algo muy extraño en el sentimiento de hogar. Es una conexión que sucede en muy pocos lugares y a mí solo me sucede en el norte de Minnesota", donde ha vivido junto a Sam Shepard en un rancho alejado del mundanal ruido.

Ha sabido combinarlo con trabajos de madurez como su premiado papel en el telefilme "Grey Gardens" y, desde luego, con una fuerte conciencia política que rompe el tono entusiasta de la conversación y la sumerge en el desencanto.

"Creo que ya no existe la posibilidad de que un presidente gobierne un país como Estados Unidos. Los partidos políticos están tan polarizados y los políticos tan dados a la discusión gratuita... Realmente pienso que Obama trajo altruismo a la política, pero no sirvió de nada. Son las corporaciones las que nos gobiernan", concluye.

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